Grillotina / Senadores pibil

AutorMarco Antonio Flota

No lo va usted a creer, pero se agotaron las guayaberas en Mérida. Si va usted hoy a cualquier tienda especializada en ropa regional, quizá consiga alguna chazarilla, una que otra guayabana, pero ninguna guayabera.

(Mínima sección de modas: la guayabera es una prenda de vestir masculina, adornada por alforzas y que tiene cuatro bolsas al frente: por eso le gustaba tanto a don Luis Echeverría, quién se echó todo a la bolsa, excepto al pueblo. La chazarrilla es una guayabera más corta, que apenas llega a la cintura: digamos que una guayabera para Carlos Salinas es una chazarrilla para Vicente Fox. La guayabana es una guayabera, pero con pocas alforzas y con solo dos bolsas: ideal para Zedillo, quien no guarda apuntes, pues todo lo tiene en la mente, pero no para don Carlos Slim, quien sí acumula todos los papeles que pueda...para mandarlos después al banco)

¿Pero cómo fue que desaparecieron las guayaberas de todos los aparadores de Mérida? Bueno, ocurre que a don Emilio Gamboa Patrón, líder de la fracción parlamentable del PRI en el Senado, se le ocurrió llevarse a su tierra, a la Ciudad Blanca, a sus 80 y tantos compañeros de bancada y corrió la cortesía a los senadores del Partido Verde. A los citados habría que agregar el bonche de asesores, secretarios particulares, guaruras y hasta periodistas que fueron a cubrir el evento. Calcule usted unas 300 personas.

Y como obliga la cortesía política yucateca a todo visitante se le obsequia cuando menos una guayabera. Pero dirá usted, con toda razón, no puede ser que en Yucatán solo puedan conseguirse 300 guayaberas. De acuerdo: 300 sí, pero mil 500 guayaberas no las consigue usted en Mérida: playeras del Tri- el Tri del "joven" Lora, no de la Selección- o de Café Tacuva sí, pero guayaberas no.

Y volvería usted a argumentar: si solo son 300 invitados, ¿por qué mil 500 guayaberas? Pues simple y sencillamente, porque los 300 gorrones...digo: los invitados, tienen que cambiarse varias veces al día. Es que se pueden manchar con el desayuno a base de tacos de cochinita y tortas de lechón al horno. Por el clima caluroso de Mérida tienen que volver a cambiarse después de una agitada sesión de trabajo (llamada también shopping) Tras una pantagruélica comida que incluya frijol con puerco, queso relleno, escabeche oriental, etc., ya no les queda la guayabera y hay que cambiarla por otra más ancha. Para acudir a la serenata de Santa Lucía, guayabera nueva.

En fin, que la plenaria de los senadores priistas...

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