Grillotina / Primera infancia

AutorMarco Antonio Flota

Decir que México es un país de contrastes es un lugar común.

O, mejor dicho, un lugar comunista, porque tal afirman los izquierdistas cada vez que denuncian que tenemos aquí al hombre más rico del mundo: don Carlos Slim, y a los pobres más pobres del mundo: Juan Pérez, Juan López, Juan Hernández.

(O Pancho o Pedro o Hermenegildo o el nombre que a usted se le antoje, excepto Carlos. Porque algo tienen los Carlos que atraen la buena fortuna: desde el inolvidable magnate Carlos Trouyet hasta Carlos Slim, pasando por Carlos Hank, Carlos Salinas, etc., etc.).

Otro contraste: mientras Peña Nieto lanza su Cruzada Nacional contra el Hambre, tenemos el segundo lugar mundial en obesidad: muestra palpable don Agustín Carstens. Y tendríamos el primer sitio si doña Beatriz no se hubiera ido a Brasil de embajadora. Pero la gordura no garantiza la felicidad: pregúntele usted a la maestra -ahora con minúscula- Gordillo).

Y un detalle tan contrastante como chusco: hoy, 30 de abril, festejamos el Día del Niño. Y mañana el Día del Anciano. Bueno, oficialmente, mañana 1 de mayo celebramos el Día del Trabajo, lo que quiere decir el Día del Líder ¿y conoce usted a algún líder obrero que no sea de la tercera edad? En realidad, a los dirigentes sindicales se les debería felicitar hoy también, porque están en su segunda infancia.

Pero limitémonos hoy al Día del Niño.

En México hemos tenido niños célebres, empezando por los Niños Héroes que defendieron el Castillo de Chapultepec cuando la invasión norteamericana de 1847. Aunque se ha puesto en duda este hecho. Incluso durante el sexenio de Ernesto Zedillo fueron suprimidos del libro de texto gratuito los Niños Héroes. Quizá sería porque don Neto tenía aversión a la infancia, porque de pequeño trabajó como aseador de calzado. Y se graduó de limpiabotas cuando le entregó la Presidencia a Fox.

También tuvo México un Niño Artillero, pero no Hugo Sánchez, Niño de Oro que fallaba los penales, sino Narciso Mendoza, héroe a sus 12 años, en el ejército de Morelos.

Gran fama tuvo el Niño Fidencio a quien se atribuían curaciones milagrosas...

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