Grillotina / El Presidentwitter

Por el manejo promocional que hizo de las redes sociales, llegó a decirse que Barak Obama fue el primer Presidente forjado por Internet. No compartimos la idea pero, según los muchachos del #Yosoy132, Enrique Peña Nieto fue el Primer Presidente del Facebook. Aunque matizaron los chavos: hubo mucho de Face y nada de book.

Y ahora don Nicolás Maduro, proclamado ayer en Venezuela, es el Primer Presidente del Twitter, porque se lo anunció un pajarito. En el cual habría reencarnado, según el mismo Maduro, el Comandante Chávez.

Suelen decir en España, cuando alguien anda mal del cerebro, que tiene pájaros en la cabeza. Y en algunas regiones de México, en casos similares, se comenta que "se le fue el pajarito"

Pues bien, el heredero de Hugo Chávez les da la razón.

Ante el triste espectáculo de la política venezolana, nos congratulamos de los avances de la democracia mexicana. Afortunadamente, aquí no hacemos tales ridículos.

El candidato supuestamente derrotado, Henrique Capriles, ha pedido que se haga un recuento voto por voto, casilla por casilla como alguien cada seis años en México. Y tampoco le harán caso, pero no llegará al extremo de declararse Presidente Legítimo.

Maduro ganó, como aquí Felipe Calderón, por algo así como 200 mil votos, pero todavía no ha declarado que triunfó "haiga sido como haiga sido".

Capriles está tan retrasado tecnológicamente que no ha denunciado que le armaron un complot cibernético, basado en un algoritmo. Ciertamente, no ha habido quejas en el sentido de que Maduro regaló tarjetas prepagadas para adquirir víveres en un supermercado. Pero es que en Venezuela es tal la crisis que ya quebró la única sucursal de Soriana.

El Tribunal Electoral venezolano ya proclamó Presidente Electo a don Nicolás. Pero ningún consejero- allá les llaman rectores- tendrá el valor civil de renunciar antes las críticas, como aquí lo hizo Sergio García Ramírez.

El sistema electoral de Venezuela, pues, está a años luz del sistema democrático de México. Sin embargo, no debemos dejar que nos gane el orgullo nacionalista: sí existen algunas similitudes, pero también...

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