Grillotina / Maquillaje: ¡ya, qué maje!

AutorMarco Antonio Flota

Todo mundo acepta que se maquillan las cifras oficiales. Para incrementar los índices de seguridad o para disminuir los porcentajes de violencia, para elevar los números de crecimiento económico o para bajar los de pobreza. Pero hasta ahora, suponemos, no se habían maquillado las cifras del gasto en maquillaje, como ocurrió en el primer debate de la candidata y los candidatos presidenciales. Porque nadie puede creer eso de que, según un informe proporcionado por el IFE, se gastaron más de 50 mil pesos para ponerle chapas a Josefina o reducírselas a Peña Nieto, en darle un tono bronceado al cutis de Gabriel Quadri -porque va a la playa, pero se la pasa buceando- o disimularle las patas de gallo al Peje -aunque suene a incongruencia zoológica-.

Cincuenta mil pesos en maquillaje, quizá, es lo que se gastaba mensualmente la Tigresa, alias Irma Serrano, en sus buenos tiempos. No doña Carmen Romano de López Portillo -que en paz descansen ambos-, porque a la ex primera dama la maquillaban con pinturas Dupont. Los podrá invertir en maquillarse no la cara, sino el resto de piel que exhibe generosamente, Ninel Conde. Posiblemente cueste eso maquillar a Angélica Boyer, la actriz protagónica de Abismos de Pasión, porque la luz de los reflectores de la tele daña cualquier piel. (Por cierto, si usted ha visto los spots promocionales de esa telenovela, se preguntará: ¿por qué a los dos galanes que lucen el torso desnudo no les ponen brassier, como a la señorita Boyer, si lucen pectorales más abundantes que los de la edecán del debate? Cincuenta mil pesos en maquillaje no los invertía doña Sara García, la abuelita del cine nacional, ni el maese Salvador Novo, el "tío" de muchos jóvenes intelectuales de su tiempo.

¿Se puede creer, entonces, que esa cantidad pagó el IFE para que lucieran glamorosos en televisión la candidata y los candidatos a la Presidencia de la República?

Andrés Manuel López Obrador ha declarado que él se presentó ante las cámaras tal como llegó de su casa. Jura que no le dieron...

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