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Grillotina / Chanas y chones

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Vincent
AutorMarco Antonio Flota

No es alusión a la pareja de personajes creada por los inolvidables Polivoces. Usted los recordará por el siguiente chascarrillo.

-¿Quí'ubo, Chano?

-¿Quí'hubo, Chon?

-Oye tú: ¿de quén será ese pobre marranito que trai una pata di palo?

-Es de nosotros, sólo qui lo queremos tanto que nos lo tamos comiendo a pedazos...!

-¡Uhhh.....uhhhh!

El título, se aclara pues, alude al hecho insólito ocurrido -¿por segunda vez o tercera ocasión?- el domingo pasado: miles de capitalinos aventados viajaron en el Metro sin pantalón, luciendo sus chones y también miles de capitalinas aventadas sin falda, enseñando sus tangas, a las que podríamos llamar chanas (lo cual nos recuerda otro chascarrillo, éste de Cantinflas, probablemente en su película "Si yo fuera diputado". En un discurso ante el pueblo, gritaba el mal llamado Gran Mimo, pues se caracterizaba por su disparatada oratoria: ¡arriba las faldas y abajo los pantalones..!).

¿Por qué viajaban tantas personas en los vagones del Metro semidesnudas y en plena temporada invernal? Algunos, que iban bien abrigados, quizá pensaron que así dejaron a los encuerados los gasto del Puente Guadalupe Reyes.

Pero no fue por eso: simplemente a alguien, en el extranjero, se le ocurrió lanzar un movimiento llamado "Global no Pants Subway Ride", que traducido al español que mal hablamos en México significa, más o menos: "Viaje mundial en el tren subterráneo sin pantalones". Y el domingo pasado, simultáneamente en muchas ciudades del orbe -París, Nueva York, Londres, Río de Janeiro- miles de personas usaron ese transporte vistiendo solo paños menores.

Aunque en México más bien fueron paños mayores porque, recuérdese, somos el segundo país del mundo con mayor porcentaje de obesidad (dolencia que no afecta, por cierto a don Agustín Carstens, Gobernador del Banco de México: él no es obeso, es obseso por la comida).

Debe haber sido un espectáculo maravilloso ver a las esculturas brasileñas en tanga y con su celular. Pero no tanto a las paisanas en trusa y con su celulitis.

De todos modos, entusiastas -y copiones- que somos adoptamos la idea y fueron muchas las y los chilangos que adoptaron la...

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