Grillotina / Calderón y Aliyev

AutorMarco Antonio Flota

Similar inconformidad han provocado la estatua del ex dictador de Azerbaiyán, Heydar Aliyev, instalada en nuestro histórico Bosque de Chapultepec, y la beca concedida por la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, al ex Presidente de México, Felipe Calderón.

Muchos mexicanos, que por primera vez escuchan el nombre de ese país, han acudido a la ya indispensable Wikipedia, para enterarse de que Azerbaiyán "es el país más grande en la región del Cáucaso, localizado entre Asia Occidental y Europa Oriental. Limita al este con el Mar Caspio, al norte con Rusia, al noroeste con Georgia, al oeste con Armenia y al sur con Irán". Y se han quedado igual que al principio: sin saber dónde queda Azerbaiyán.

Muchos azerbaiyanos, que escuchan por primera vez el nombre de nuestro país, quizá también han recurrido a la Wikipedia, pero no leerían tanto: al enterarse de que México limita al norte con los Estados Unidos apagarían la computadora, pues con ese simple dato ya sabrían dónde estamos ubicados. Y hasta podrían repetir la frase consabida: "¡Pobre de México, tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos!"

Total, que si en México estamos indignados por el honor que se hace al ex dictador de Azerbaiyán, a quien se atribuyen unos 30 mil muertos, en Azerbaiyán ya deben estar organizando protestas por la distinción que da Harvard al ex Presidente a quien se achacan unos 60 mil occisos... digo: víctimas colaterales.

Respecto a la estatua de Heydar Aliyev, hay que decir que ese tipo de monumentos suele correr con mala suerte en México.

Hace unos días, la estatua de don José María Morelos y Pavón montado sobre brioso corcel, a un costado de la autopista México-Cuernavaca, en los límites del Distrito Federal y Morelos, fue destruida por un comando de delincuentes que no respetó al prócer ni al caballo.

El hecho nos hizo recordar que cuando Alfonso Martínez Domínguez fue gobernador de Nuevo León mandó erigir dos estatuas: una de don Fidel Velázquez de pie y otra ecuestre de José López Portillo. Y los críticos comentaron que a la de don Fidel le faltaba el caballo y...

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