La grandeza de una isla

AutorCarmen González

Enviada

VANCOUVER ISLAND, Canadá.- "La isla de Vancouver es más o menos del tamaño de la isla de Gran Bretaña", sostiene Rick, nuestro guía, mientras nos preparamos para dejar Victoria, la capital de la Columbia Británica, con rumbo al pueblo de Tofino, escenario ideal para ver tempestades de invierno.

El viaje llevará cinco horas como mínimo, por una carretera flanqueada por bosques de altos, altísimos árboles.

Estas inconmensurables extensiones de verde, rojizo y amarillo comienzan a convencer a quienes dudaban de la extensión de la isla.

Olor y sabor de hogar

La primera parada es en el pequeño pueblo de Cowichan. Por alguna razón, el nombre nos suena familiar... ¡claro!, aparece en casi todos los menús de los restaurantes de Victoria. Éste es el lugar de procedencia del pollo que se degusta en los mejores comedores de Vancouver.

No visitaremos una granja avícola, sino uno de los establecimientos más seductores del pueblo: la Panadería Orgánica de Jonathan Knight.

El lugar se anuncia a metros de distancia por el aroma que se desprende de sus hornos y viaja por los alrededores, antojando a todos.

La fachada enamora a primera vista: es un establecimiento pequeño, de madera, con amplias ventanas que dejan ver los panes, y decorado con macetas de flores y bicicletas antiguas.

En el interior, el irresistible olor se intensifica. La variedad de panes crujientes, suaves y calientitos es impresionante. Jonathan es el panadero y, de vez en cuando, se da tiempo para atender a los clientes y explicarles las propiedades de cada pan.

"Hace mucho tiempo trabajé en una panadería alemana. Ahí aprendí técnicas tradicionales para hacer el pan. Luego recorrí en bicicleta gran parte de Canadá; entonces decidí que la costa oeste era el mejor lugar para poner una panadería", platica Jonathan, ataviado con delantal y cofia blancos.

"Empecé horneando muy pocas hogazas, como la de grano entero y la de grano molido, pero ahora tenemos más de 20 variedades. Todo el grano que usamos es orgánico; la mayoría proviene del valle de Okanagan, pero ya empezamos a cultivar nuestro propio grano aquí en Cowichan, con muy buenos resultados".

Es imposible salir de aquí sin al menos un paquetito de galletas.

Al rescate de la tradición

La siguiente escala del viaje es un lugar conocido como The Coombs Old Country Market, un conjunto de cabañitas de madera que integran una especie de centro comercial rural, donde se pueden comprar desde gorros, guantes y bufandas (muy necesarios...

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