Grandes Viajes/ Barbarroja

AutorXimena Escalante

Cuando los Reyes Católicos ganaron la Guerra de la Reconquista en Granada, la mayoría de los granadinos despedidos fueron a dar al norte de Africa. Ahí tuvieron que buscarse la vida bajo los rigores del exilio, que impone emplearse en lo primero que se presente. Muchos de ellos, familias ricas acostumbradas a los más finos placeres orientales, tuvieron que sujetarse el cinturón y someterse a una vida austera y limitada. Y otros, con pocas ganas de verse así de empobrecidos, se dedicaron al bandidaje y la piratería. Dadas las condiciones geográficas, Túnez y Argel se convirtieron en la "casa matriz" de la piratería mediterránea.

Los piratas árabes eran feroces. El más famoso de ellos fue Barbarroja. De origen griego y luego convertido al Islam por herencia de su padre, Arug -nombre con el que fue bautizado por los turcos- tenía, como es de suponer, la barba roja, y el carácter también.

Sus ojos no debían quedarse atrás de la mencionada tonalidad, pues, según se lee en los relatos de sus peligrosas aventuras, de sus pupilas salía fuego.

Alto, mandón y corajudo, llevaba en la cintura su filosa cimitarra, para dejar las cosas claras cuando alguien simplemente no entendía.

Su primera hazaña ocurrió a los 20 años, en el Mar Egeo. Para su desgracia, fue tomado prisionero por los cristianos, que lo arrestaron en la Isla de Rodas. Aquél no debió ser, ciertamente, un episodio desagradable, ya que la belleza del paisaje alimentaba su espíritu, pero eso de estar prisionero no era lo suyo, así que se escapó en cuanto le fue posible.

Su audacia no tenía par. Como quería hacer de la piratería una empresa rentable, tuvo una ocurrencia ejemplar: fue directamente con el Emir de Túnez y le pidió barcos y un puerto privado para servir de taller de astillero y almacén de botines, a cambio de proporcionarle un 20 por ciento de sus piraterías. Su petición no sólo obtuvo la suerte esperada, sino también un apoyo incondicional.

Barbarroja y su hermano, que luego se convertiría en el temible...

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