Un gran sastre musical

AutorLiliana Lejarazu

Sólo bastaba que le recitara el fragmento de una canción, algo así como: "Que seas muy feliz/ que seas muy feliz/ mientras que yo/ te sigo amando", para que él, en silencio, imaginara el acompañamiento perfecto para la letra.

"Un contracanto con violines por aquí, y las trompetas por allá", piensa el arreglista Eduardo Magallanes, quien ha sido el "sastre" de todos los temas de Juan Gabriel, desde que éste inició su carrera.

Su manera de hilvanar los acordes, dice, es artesanal, porque sólo se apoya en su piano, a diferencia de muchos de sus colegas, que utilizan la computadora como herramienta básica.

"El piano es mi mejor amigo, una extensión de mí mismo; él me platica, me dice lo que debo hacer y lo que no también. Me calma, le platico mis penas, mis emociones, siempre me da una buena opinión, un buen consejo, me recibe en su teclado y me permite desahogarme", asegura.

Acompañado de su fiel instrumento, dice, ha hecho arreglos para Armando Manzanero, José Alfredo Jiménez, Libertad Lamarque, María Victoria, Imelda Miller, Angélica María, José José, Marco Antonio Muñiz y Pedro Vargas, por mencionar sólo algunos.

Sin embargo, el arreglista, de 65 años de edad y más de 40 de trayectoria, considera que el "Divo de Juárez" ha sido más que un compañero de trabajo en su vida.

"Lo conozco desde que se llamaba Adán Luna, cuando llega y pide una oportunidad en la RCA Victor, en el 69, y le hacemos su audición, conmigo en el piano. Pero no lo aceptamos como cantante porque estaba muy verde", recuerda Magallanes.

Dos años después, el músico participaba en la dirección artística de esa disquera, y firmó a Juan Gabriel el 4 de agosto de 1971, poco después de que éste saliera de la prisión de Lecumberri (lo acusaron de robo).

Y desde entonces hasta ahora, arreglista y cantautor han probado ser una dupla exitosa, en temas como "La Diferencia", "Te Sigo Amando", "Abrázame muy Fuerte" y "Será Mañana", entre muchos otros.

Apasionado de la música

Su pasión por la música, comenta Magallanes, ya existía antes de nacer, pues sus padres, Adolfo Magallanes Fox y Oswelia Calva Contreras, eran trombonista y bailarina de revista, respectivamente. Así que no resultó extraño que al pequeño Eduardo le gustara hacer presentaciones en reuniones familiares.

"Tocaba la flautita, la marimbita, la guitarrita, el tamborcito, la armoniquita... Hacía mi show de niño y llegué a la adolescencia tocando la armónica, la guitarra (mal), y el acordeón. Nunca quise ser otra cosa, soy...

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