El gran archivo de Yampolsky, el otro lado de la fotógrafa

Alida Piñón

CIUDAD DE MÉXICO, noviembre 25 (EL UNIVERSAL).- La Colección Mariana Yampolsky es uno de los tesoros que resguarda la Universidad Iberoamericana Ciudad de México a través de la Biblioteca Francisco Xavier Clavigero (BFXC). Tras ser donada en abril pasado por la Fundación de la fotógrafa y por Arjen van der Sluis, esposo y heredero de la creadora nacida en Chicago en 1925 y fallecida en 2002 en su casa, en el centro de Tlalpan, se encuentra en proceso de catalogación y se alista un primer libro que brinda detalles sobre el acervo compuesto por cerca de 75 mil negativos, reproducciones fotográficas, biblioteca con alrededor de 11 mil libros, y archivos personales como grabados, cartas, una colección de arte popular mexicano y discos.

Mariana Yampolsky llegó a México en 1945 e ingresó a La Esmeralda, donde estudió pintura y escultura. No pasó mucho tiempo para que fuera parte importante de la vida cultural y la construcción de identidad artística mexicana, sobre todo por su faceta de fotógrafa de la diversidad cultural de nuestro país, en especial de las comunidades rurales. Durante varios años, la Fundación realizó un gran esfuerzo de preservación, difusión y catalogación; sin embargo, la institución académica creó una bóveda con una temperatura constante de ocho grados centígrados, ideal para conservar los negativos e impresiones de los que consta el archivo.

"La Fundación y el viudo de la artista hicieron un gran esfuerzo de preservación y catalogación, pero quisieron garantizar que el legado de Mariana Yampolsky no saliera del país por ninguna circunstancia, que se pusiera al servicio de la investigación y de la sociedad, y que se resguardara para el goce de las siguientes generaciones. Las conversación con la Universidad empezó hace dos años, se tuvieron que hacer diversas gestiones jurídicas como la disolución de la Fundación, así como la revisión exhaustiva de los derechos de autor", indicó Teresa Matabuena Peláez, directora de la BFXC.

Mientras se resolvían las cuestiones legales, el equipo de la Biblioteca investigó con especialistas en archivos fotográficos cuáles eran los requerimientos óptimos para la conservación de negativos contemporáneos. "Asumimos que en la biblioteca no éramos expertos en la preservación de este material y llamamos a los expertos. Además, paralelamente recibimos el archivo 'El Heraldo de México-José Gutiérrez Vivó'. Así fue como llegamos a la creación de la bóveda que resguarda estos acervos con...

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