Se gradúan ladrones en secuestro

Las bandas de secuestradores que en los últimos cuatro años han asolado al país han sido dirigidas por sujetos que primero fueron asaltantes o pasaron por consejos tutelares .

METRO tuvo acceso a los perfiles que elaboró la Agencia Federal de Investigación (AFI) sobre 5 líderes de organizaciones dedicadas al secuestro. El común denominador es su procedencia de sectores de bajos ingresos y su limitada instrucción escolar.

Se trata de jefes de bandas de plagiarios que operaron y fueron desmanteladas en el presente sexenio. El menor de ellos tiene 27 años y el mayor 47, y todos están casados.

Se distinguen por haber cobrado por los secuestros que realizaron montos que van de los 5 a los 10 millones de pesos.

La cifra más conservadora sobre estos delincuentes indica que plagiaron al menos 25 personas, de las cuales una fue asesinada.

Se trata de ex convictos, adoradores de la Santa Muerte, narcomenudistas, preparatorianos y sujetos que tenían debilidad por los relojes de oro blanco.

Se iniciaron con el robo a transeúntes, evolucionaron al robo a casa habitación y continuaron su carrera con el robo de carga y vehículos.

Ascendieron luego al robo de valores y asaltos bancarios, y finalmente llegaron al plagio, con una estructura ya bien definida y sin que nadie pudiera evitar su evolución criminal.

El Alacrán

Liborio Colín Domínguez, alias El Alacrán, representa a la vieja guardia del secuestro.

Tiene 47 años y hay registros que señalan que desde 1984 fundó una banda de asaltantes con Modesto Vivas Urzúa, La Víbora, y Benito Vivas Ocampo, El Viborón.

El 18 de noviembre de 1995 fue detenido por primera vez por el delito de secuestro. Fue encarcelado en el Reclusorio Oriente, de donde se fugó al mes siguiente, junto con La Víbora y El Viborón, José Luis Sánchez Canchola y Andrés Caletri, ex integrante de la banda de Los Narcosatánicos.

En la huida les acompañaron Héctor Cruz Nieto, Rubén Palacios Domínguez, Armando Campos y Gustavo Alberto Juárez Montes.

Los fugados conformaron una nueva banda dedicada al secuestro y que en 1997 tuvo una ruptura, creándose dos organizaciones, lideradas por El Alacrán y El Víbora.

Colín cobraba 10 millones de pesos por rescate y en ocasiones pedía el equivalente en dólares.

A sus víctimas las encerraba en casas de seguridad en Chalco, Estado de México. Los cautiverios duraban de 30 a 80 días. Los secuestrados eran liberados en el norte del Distrito Federal.

Los objetivos de El Alacrán casi siempre fueron...

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