Coordenadas/ El 'grado de inversión' y sus bemoles

AutorEnrique Quintana

El mundo al revés. Fíjese que ayer me sorprendí cuando escuché a un alto funcionario de la administración del Presidente Zedillo expresando sus temores por la posibilidad de que el "grado de inversión" pueda ser otorgado a México en los próximos meses.

¿No era esa calificación la que anhelaba la administración de Salinas en sus mejores momentos y en la que ni siquiera podía soñar el actual Gobierno apenas en 1995 o 1996? Pues sí. Como le decía, el mundo al revés.

No es que les haya salido el masoquismo a los altos funcionarios. A veces parece, pero no.

Lo que temen es que se pudiera dar una oleada de inversiones hacia México que fortaleciera todavía más al firme peso mexicano.

El "grado de inversión" es una calificación que dan las empresas especializadas en medir los riesgos de que los Gobiernos y las compañías puedan no pagar sus deudas. En el caso de México, la empresa Moody's, una de las más grandes del mundo es la que ha sugerido la posibilidad de otorgar a México esa calificación el presente año, antes que termine la administración de Zedillo.

Si eso ocurriera, una gran cantidad de fondos de inversión que hoy no pueden invertir en papel mexicano, podrían hacerlo. Se calcula que el monto de papel elegible podría oscilar entre 5 mil y 10 mil millones de dólares.

Desde luego esto no significa que hubiera necesariamente estas cantidades adicionales de recursos invertidos en títulos de nuestro país pero sin duda lo que ocurriría es que habría una oleada de recursos que habrían de canalizarse a nuestro país.

Esto significaría que los dólares que llegaran a México y que formarían una oferta adicional podrían presionar al alza al peso en un mercado de libre flotación. Si este escenario ocurriera no es imposible que termináramos el año con una paridad apenas por arriba de 9 pesos.

A diferencia de 1994, cuando la relativa estabilidad cambiaria se consiguió mediante el uso de las reservas internacionales, en este caso lo que ocurriría es una apreciación del peso al mismo tiempo que un incremento de las reservas.

Si la estabilidad fuera duradera y sólida, estos hechos serían muy buenas noticias para México. El temor es que todas las incertidumbres asociadas en la transición sexenal se combinaran con un tipo de cambio sobrevaluado y con el riesgo de que el nuevo Gobierno -independientemente de por quiénes estuviera conformado- cometiera algunos traspiés que pudieran dar lugar a un ajuste severo del tipo de cambio.

Un escenario posible es también...

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