Graciela Ríos / Consejos ciudadanos

AutorGraciela Ríos

Un fracaso ha resultado la mayoría de los Consejos Ciudadanos creados en la administración de Natividad González Parás.

No han sido útiles para el propósito que fueron pensados. La razón de existir de un Consejo Ciudadano es servir como vínculo entre los habitantes y los órganos políticos administrativos para la supervisión, evaluación y gestión de las demandas ciudadanas, así como para la valoración del desempeño de los mismos organismos y de los funcionarios que los dirigen e integran.

El vínculo se ha creado, pero diversos factores han impedido la habilitación de un terreno fértil que permita alcanzar la misión y el propósito de su existencia.

A pesar de que la selección de los integrantes de los diversos Consejos Ciudadanos ha sido, digamos, apropiada, ya que en su mayoría son personas de probidad aparente, destacados profesionales o ciudadanos comprometidos con ciertos sectores o problemáticas de la sociedad, las imperfectas condiciones humanas que muchos padecen, aunado a la falta de cultura de participación ciudadana, han impedido que tengan un desempeño auténtico como auditores, críticos objetivos y copartícipes en la construcción de estrategias y soluciones de operación de los organismos que supuestamente vigilan.

Muchos de los elegidos a participar en un Consejo se sienten "distinguidos" ante el nombramiento y al ser invitados a pertenecer a éste, con dificultad asumirán una postura confrontativa ante quién les ha otorgado tal deferencia.

Algunos, a pesar de su trayectoria exitosa, tienen demasiada necesidad de destacar y de obtener papeles protagónicos; otros, al contrario, se dejan apabullar ante el poder asumiendo una postura de sumisión con actitudes de falsa diplomacia -o hasta de hipocresía-, pero todos son demasiado cautelosos porque desean crear y mantener relaciones de conveniencia con el importante grupo.

El prestigio del que se goza siendo partícipe de estos órganos es para muchos tan valioso que no están dispuestos a arriesgar nada, ni la imagen personal, para defender intereses ciudadanos que, a fin de cuentas, pertenecen a gente que ni conocen, ni les dará algo a cambio.

En otros casos, los...

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