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AutorRebeca Herrejón

Este año, más de 40 historias de pacientes que se hospedan en el Albergue Fray Antonio Alcalde, beneficiados de Mi Gran Esperanza, Cáritas o el Patronato del Hospital General de Occidente, han cambiado, gracias al impulso que les han brindado los lectores de MURAL. Financiar un estudio médico, una parte del tratamiento, los insumos para cirugías... Todos los apoyos que han recibido, mediante las organizaciones de la sociedad civil, han significado para ellos un cambio de vida. Le presentamos en este espacio, algunas de esas historias.

Recibe Cristo milagro

Cristo ya no luce tan frágil como a los 2 meses de nacido.

Cada día de sus 10 meses de vida es un milagro para su madre; sin embargo, la mayor sorpresa sucedió en abril pasado, cuando un samaritano extendió su mano y sus recursos, para ayudarles con el tratamiento.

"Gracias a Dios y a ellos también, que mi niño pudo llegar a la Navidad, porque yo en verdad pensé que no iba a llegar, porque sí estaba muy mal. Todavía, de hecho, pero está controlado", dice María del Rosario García Carrillo, hoy de 23 años.

La historia del calvario de Cristo se publicó en MURAL el 9 de abril pasado, cuando él y su madre se estrenaron como huéspedes del Albergue Fray Antonio Alcalde.

Cristo nació en el Hospital Civil el 13 de febrero, a los siete meses de gestación, con un cúmulo de complicaciones: quistes en el cerebro, fallas cardiacas, paladar hendido, pie equino varo, luxación de cadera, un esqueleto que no se formó correctamente y carencias en sus riñones.

María del Rosario imploraba entonces apoyo para el transporte desde su casa, en San Ignacio de Loyola, en Cihuatlán, a Guadalajara, además de ayuda para financiar los gastos médicos, no incluidos en el Seguro Popular, y auxilio para financiar los gastos de los dos hermanos de Cristo, de 7 y 4 años.

Su pareja trabaja como obrero en un negocio de pastura para animales, pero el sueldo no es suficiente para el cúmulo de gastos.

El samaritano, de quien dice desconocer el nombre, inscribió a Cristo al IMSS, por lo que hoy le atienden en el Centro Médico de Occidente.

Probablemente empiece el 2012 con una intervención quirúrgica para colocarle una sonda gástrica que le permita comer algo más que fórmulas de leche enriquecidas.

"Sin ese apoyo yo no hubiera podido (...) porque yo le compraba cosas y dejaba a mis otros hijos sin comprarles cosas", indica su mamá.

Cristo seguirá necesitando apoyo, agrega. Quizás él lo sabe y responde con llanto. María lo abraza y...

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