Gozan libertad en el escenario

AutorFrancisco Morales V.

Es difícil no echarse hacia atrás en el asiento, apretar la quijada o soltar una risa nerviosa. A poca distancia de cada rostro al que apunta, el bastón de madera de Sosa, actor del Reclusorio Oriente, señala tan fuerte que increpa.

"¡A ver, tú! ¿Cuánto estarías dispuesto a darme?", inquiere a gritos. Sosa, o más bien, su personaje, pregunta por el precio que cada espectador estaría dispuesto a pagar por "adquirir" a su hermana menor.

Su presencia en el escenario es magnética. Correoso, impacta con su rostro duro y la docena de tatuajes que lo mismo muestran al Che Guevara que a un águila, rostros de mujeres o una telaraña que le cubre el codo.

Es difícil saber donde termina Sosa y donde comienza el "Hermano asqueroso", como él llama a quien interpreta. "Realmente, yo me espejeé mucho en mi personaje, porque realmente era así: un hermano pasadito de lanza que siempre quería sacar provecho de todo", contará después, en entrevista.

Sosa es uno de los actores que conforman a Los Radicales del Reclusorio Oriente, una compañía de teatro que surgió en el Dormitorio 1 del penal de Iztapalapa. Bajo la dirección de la actriz Itzel Enciso, quien imparte un taller en la prisión desde 2014 y participa con su grupo Borderline Teatro, presentan la obra Roberto Zucco, de Bernard-Marie Koltès.

Constantemente, Los Radicales cuestionan al público. También abandonan la ficción. En algún cambio de escenografía, dos presos cargan una banca hacia el escenario y uno le dice al...

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