Gozan estatus de estrellas

AutorJuan Carlos García

ENVIADO

LOS ÁNGELES.- Ganar el Grammy al Mejor Álbum del Año y el Brit Award al Mejor Grupo Británico, en un lapso de 10 días, está al alcance de pocos artistas. Eso indica que Mumford & Sons está consolidando su carrera... tras sólo cinco años.

El cuarteto de multiinstrumentistas que lidera Marcus Mumford se formó en diciembre de 2007 con la única intención de tocar en bares pequeños de Inglaterra. Pensaban que si conseguían grabar un disco o un contrato de distribución digital ya era ganancia. ¿Un premio por su trabajo? Mera vanidad.

"Es mejor estar en el radar que no figurar. Hay tiempos difíciles, para cualquier músico, que llegan cuando nadie confía en lo que puedes lograr o llegar a hacer. A veces te cierran tantas veces la puerta en las narices que o buscas ponerte un protector en la cara, como Hannibal Lecter, para que no te duela, o sufres demasiado", dice Mumford, cantante, guitarrista, baterista y tecladista.

Con sus compañeros, Ben Lovett, Winston Marshall y Ted Dwane, cruzó los límites de Reino Unido al editar Sigh No More (2009), disco de debut, con el que compitieron por el Grammy como Mejor Nuevo Artista. Dos años después retornaron a la máxima gala musical para llevarse el galardón de Álbum del Año, por Babel, y uno más por Video en Formato Largo.

"Esto es encabronadamente genial", exclama Marshall, embargado por la alegría del momento. "Lo que estamos viviendo es como un cuento de hadas para caballeros, sólo nos faltan las chicas y los millones; somos como 'cenicientos', amamos estos días".

No son familia, eso sí. Sólo amigos. El nombre Mumford & Sons lo pactaron porque la democracia dictó que Marcus es quien más control tiene en el desarrollo de la banda, y con la combinación hicieron que sonara a clásica tienda de antigüedades, donde el negocio va pasando de generación en generación y lo único que perdura es el apellido.

"Supongo que los más felices ahora son los de mi familia, porque mi apellido, Mumford, se ha vuelto famoso", externa feliz el músico, de 26 años.

"Ahora que nos llaman 'estrellas de rock', sí, verdaderamente nos sentimos importantes y alardeamos un poco con nuestros amigos, un poco de presunción tonta, porque en casa, cuando vamos, hay que lavar platos, sacar a pasear al perro, y supongo que eso...

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