Javier González Garza / Omisiones peligrosas

AutorJavier González Garza

Recientemente se han dado hechos preocupantes en las escuelas públicas del país que reflejan la impunidad y el cinismo en que vivimos.

Una vez más se muestra de manera grotesca el imperio que ejerce Elba Esther Gordillo sobre la SEP y la operación de su instrumento electoral llamado Partido Nueva Alianza.

Son muchas las evidencias de la nociva intromisión de Elba Esther en la conducción de la educación pública. Los nombramientos de funcionarios de primer nivel en la SEP pasan por el tamiz de la líder sindical, empezando por el del propio secretario de Educación, Alonso Lujambio. Desde el inicio del sexenio Gordillo había impuesto como subsecretario de Educación Básica a su yerno, con la venia de su aliado Felipe Calderón. Controla, asimismo, cuando menos las secretarías de Educación de Campeche, Coahuila, Colima, Nayarit, Guerrero, Quintana Roo, Tabasco, y la Administración de Educación Básica del Distrito Federal, además de la Universidad Pedagógica Nacional.

Gordillo ha logrado establecer una alianza perversa con los gobiernos panistas que, durante mucho tiempo, criticaron los corporativismos que daban sustento al viejo régimen. Ellos le han entregado, además del control de la SEP, el de la Lotería Nacional, el ISSSTE e incluso ha logrado injerencias en el IFE y en el Sistema Nacional de Seguridad Pública.

Según un estudio de Sergio Aguayo y Alberto Serdán, el grupo político de Elba Esther ha manejado, en los primeros tres años del sexenio calderonista "recursos públicos por un mínimo de 345 mil 785 millones de pesos y un máximo de un billón 611 mil 771 millones. Cada año, miembros de su grupo han tomado decisiones sobre al menos 115 mil millones de pesos, más que los gobiernos del Distrito Federal o el estado de México". Ello además de los miles de millones que por cuotas sindicales anualmente le entrega la SEP.

Pero el poder de Elba Esther no sólo se limita a la administración pública federal, sino que ha administrado como propia una serie de fideicomisos de los que mantiene absoluta secrecía. Dentro del SNTE cuenta con un ejército de operadores políticos, llamados "comisionados sindicales", que suman presumiblemente varias decenas de miles en todo el país.

Conocemos también las formas de "controlar" a los trabajadores de la educación. Un ejemplo importantísimo es el de la Sección IX de los trabajadores de la educación en el Distrito Federal.

Una espléndida columna fue publicada el 18 de enero por el maestro Miguel Ángel Granados Chapa...

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