Golpea 'abundancia' al campo en Argentina

AutorAlejandro Pairone

Corresponsal

BUENOS AIRES.- La crisis que atraviesa Argentina se expresa como una resistencia agropecuaria al pago de impuestos extraordinarios, pero en realidad evidencia una suma de conflictos coaligados que han regalado a la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner los peores días de su incipiente mandato.

Estos conflictos ponen de manifiesto las limitaciones materiales de su gestión para avanzar en lo que llama una "política para la distribución de la riqueza por transferencia de ingresos".

La tormenta de la semana pasada se alimentó con los problemas de los pequeños productores agropecuarios, cada día más arrinconados por grandes consorcios de siembra que, diseñados por fondos de inversión, están cambiando radicalmente las formas de explotación del campo.

Hubo tempestades originadas en los medianos y grandes productores cada vez más "soyadependientes" que desde hace años disfrutan de superganancias con perspectivas de nuevos incrementos, que el Gobierno limitó con el sistema de impuestos de tasa móvil.

En las ciudades desvinculadas del campo, las protestas se tradujeron en cacerolazos gracias a una Oposición política, más mediática que territorial, que logró, por primera vez, galvanizar los votos en una marcha cuantitativamente insignificante, pero que congregó a sectores medios altos con capacidad de ser visibles.

En principio, el detonante de la crisis fue la aplicación sorpresiva de una tasa variable a las exportaciones de soya y girasol (llamada retenciones), que se ajusta según los valores del mercado internacional y puede alcanzar 95 por ciento si el precio de la soya, por ejemplo, supera los 600 dólares por tonelada.

Pero no grava el total del producto, sino sólo la renta que exceda los valores de mercado de agosto de 2007, que ya eran varias veces superiores a los años anteriores, cuando la exportación de soya tenía un impuesto fijo de 35 por ciento.

Eso impactó directamente sobre los minifundistas, al reducir las ganancias previstas y hacerlos más débiles frente a nuevos jugadores del campo.

"Hay un proceso de concentración y extranjerización de la tierra que golpea a los pequeños productores aun en escenarios de abundancia como este", dijo a MURAL el economista Martín Hourest.

Su definición se explica en que hay una ruptura del modo tradicional de producción agropecuaria en el que el propietario conducía el proceso, por irrupción de fondos de inversión (en lo que se llama pools de siembra) en la explotación soyera intensiva.

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