'Hay un gobierno fallido'

AutorJésica Zermeño Núñez

México no es un Estado fallido, pero sí lo dirige un gobierno fallido, asegura el jurista Diego Valadés. Para el catedrático e investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, el país vive una crisis que pone en riesgo la continuidad de las instituciones.

"El Estado es o no es, nada más. Aquí lo que está fracasando es el gobierno, no el Estado en el sentido general. No podemos hablar de un Estado fallido, pero sí de un gobierno fallido", asegura, "en su funcionamiento las instituciones han perdido eficacia, y el riesgo es que pasemos de una crisis institucional a una crisis constitucional, y hay crisis constitucional cuando se pone en duda la continuidad de las instituciones".

El especialista en derecho comparado advierte que el principal acosador de las instituciones es el crimen organizado, que ha llegado a colapsar gobiernos en a lgunas zonas del territorio nacional, como algunas ciudades fronterizas. Pero sugiere no minimizar la presión de otros actores -que aparentemente juegan dentro del marco de la ley- que también minan la capacidad de gobernar en el país.

"El problema es que la vida institucional está dañada porque el acoso a las instituciones procede de varios lugares. Procede de la delincuencia organizada, pero también de muchos sectores de la sociedad y del propio interior del poder político. Como un clero desbordado, que reclama que todos aquellos que hablamos de un Estado laico somos retrasados mentales, como consecuencia del apoyo implícito que les ha dado el presidente de la República.

"O el acoso por parte del empresariado, del aparato de intereses económicos, o de una sociedad que sale a la calle porque no encuentra vías institucionales para canalizar su protesta", enumera.

Esto, a ojos del investigador, son elementos que denotan el quebrantamiento de las bases que nutren al Estado, el respeto por la ley y la secularidad en las decisiones, pero no denotan el fracaso total del Estado.

Irresponsabilidad

Según Valadés, la crisis institucional, que se ha interpretado en el exterior como un fracaso del Estado, está provocada por una causa fundamental: los actores políticos no le rinden cuentas a nadie.

"El problema es que México es un país de irresponsabilidades. No se ejercen acciones para exigir la responsabilidad penal de los delincuentes. Pero no sólo tenemos déficit en el ejercicio de la responsabilidad penal, también lo tenemos en el de la responsabilidad política. Ningún político mexicano, ningún...

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