Subterráneo/ ¿Gobernador delincuente?

El lunes pasado el gobernador de Morelos, Sergio Estrada Cajigal, hizo publicar en nuestro diario un desplegado humorístico en el que además de afirmar que en su entidad "ahora sí se están resolviendo los más importantes problemas que durante mucho tiempo agobiaron a nuestros paisanos", se queja de que "esta nueva actitud de ver el futuro de nuestros hijos no ha sido compartida por algunas cuantas personas empeñadas en regresar a los viejos esquemas de privilegios y prebendas".

El desplegado respondía a un motivo: el gobernador morelense quería protestar por un reportaje publicado por Proceso en el cual el líder perredista Graco Ramírez afirma que "El gobierno panista del estado de Morelos, encabezado por Sergio Estrada Cajigal, está protegiendo a una amplia red de delincuentes dedicados al narcotráfico, al secuestro y al robo de autos de lujo". (Proceso, 1368, p. 37).

A estos cargos se añade uno todavía más grave: homicidio doloso. Los asesinatos que ocurren en Morelos superan sobradamente a los del DF: por cada cien homicidios de mala fe que hubo en el DF, en Morelos se cometieron 160 el año pasado -considerando la población de una y otra entidad. Sólo que no se trata de eso, sino de la sospecha de que hay matones enviados por el gobierno del Estado para ultimar a quienes puedan revelar los nexos que tienen las autoridades con el crimen organizado.

Los Hechos

En junio del año pasado fue asesinado Benjamín Gómez González, quizá por estar vinculado al narcotráfico. La investigación del homicidio le fue confiada a un comandante de la policía ministerial de Morelos, Ezequiel Vital Barrera, quien descubrió que el día que murió Gómez estaba comiendo en un restaurante, recibió ahí un par de llamadas en su celular y se fue poco después. Vital descubrió que las llamadas las había hecho un tal Enrique Yépez, apodado "El Jarocho", un matón a sueldo.

Lo inquietante fue que cuando el comandante consiguió el registro de las llamadas que había hecho El Jarocho, descubrió que en esos días el pistolero se había comunicado diez veces con el procurador de Morelos, Guillermo Tenorio, y el mismo número de veces con Alejandro Hernández, el subprocurador. Y para colmo: también por esos días El Jarocho marcó 64...

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