GLOSAS MARGINALES / TLC: Arar en el mar (económico)

AutorEverardo Elizondo

Hace unos treinta años, George Stigler (Premio Nobel, 1982) publicó un libro retador para los profesionales de la ciencia económica (The Economist as Preacher). En uno de sus párrafos más controversiales decía: "Los economistas ejercen una influencia menor y apenas perceptible sobre las sociedades en las que viven". Hay motivos recientes para creer que Stigler tenía (y tiene) razón.

  1. - Lealtad salarial. Uno de los aspectos contenciosos en la renegociación en curso del TLC, consiste en la queja de Estados Unidos y de Canadá, según la cual, los bajos salarios relativos en México representan una ventaja desleal. Con una "lógica" parecida, México podría argüir que el costo de la energía en Canadá es deslealmente pequeño; o que la tasa de interés en Estados Unidos es deslealmente chica. De planteamientos así se seguiría (?!) la exigencia de aumentar por decreto el salario en México, elevar el precio de la electricidad en Canadá y subir la tasa de interés en Estados Unidos.

    Al respecto, los economistas dicen que las baraturas denunciadas son resultado, aunque no del todo, de la distinta dotación relativa de factores productivos entre países. Eso es lo que pregonan con razón los economistas, pero, ¿quién los escucha? Quizá otros economistas, pero ciertamente no todos quienes toman decisiones trascendentes en políticas públicas.

  2. - Aranceles punitivos. El debate en el TLC ha revivido otra muestra de la impermeabilidad de algunos públicos a las ideas de los economistas. Como el futuro del acuerdo está ahora en duda, se ha venido especulando sobre la reacción conveniente de México en el caso de que Estados Unidos decidiera --post mortem TLC-- establecer aranceles más o menos altos sobre las importaciones provenientes de nuestro país. Frente a esa eventualidad, en nuestro medio se ha sugerido como respuesta adecuada el imponer también aranceles elevados a los bienes importados de Estados Unidos.

    A juicio de los economistas, una réplica así sería un error grave. Resultaría en un encarecimiento absurdo, entre otras cosas, de los alimentos, de la energía, de la maquinaria, etc. En otras palabras, dañaría tanto a los consumidores como a los productores nacionales. Pero, otra vez, ¿quién presta atención a los sermones económicos? Parece más atractivo pensar en términos...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR