GLOSAS MARGINALES / ¿Política Industrial?

AutorEverardo Elizondo

Fiel a su inclinación intervencionista, la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe, ONU), ha opinado recientemente que la región necesita en general una "política industrial", para superar los estragos económicos de la pandemia.

De arranque, admito mi escepticismo al respecto --por no decir desacuerdo--.

La propuesta cepalina, que consiste en desarrollar "sectores estratégicos", parece sólo una lista de aspiraciones. Los sectores en cuestión son, entre otros, aquellos que generan empleo; promueven el cambio tecnológico; disminuyen la huella de carbono; incentivan la movilidad urbana sostenible; fomentan la industria de la salud; propician la economía circular; y, estimulan el turismo sostenible. (La variada lista anterior, aunque muy amplia, es seguramente parcial: la CEPAL está interesada también en actividades que contribuyen a reducir la desigualdad económica).

El tema no es nuevo. De hecho, ha sido objeto de debate por décadas y, desde luego, no sólo en Latinoamérica. Quizá la discusión más intensa ha sido la referente al papel de la "política industrial" en el desarrollo espectacular de los Tigres Asiáticos, sobre todo de Corea del Sur y Taiwán. Se acepta por lo común que Hong Kong y Singapur son, por así decirlo, otra historia.

El asunto no se limita a las economías en desarrollo (emergentes). En el curso de la campaña presidencial de Estados Unidos del año pasado, varios precandidatos del Partido Demócrata plantearon medidas que forman parte del enorme catálogo de la "política industrial".

La discusión nunca no ha terminado del todo. En la realidad, el desarrollo económico es un fenómeno muy complejo. Por lo tanto, la evidencia empírica que pretende conectar políticas específicas con el ritmo y la durabilidad del crecimiento no es definitiva.

De un lado, se argumenta que las imperfecciones de los mercados hacen convenientes ciertas políticas públicas, que incluyen los instrumentos consabidos: subsidios; préstamos blandos; tipo de cambio "competitivo"; tratamientos fiscales especiales; apoyos a la investigación y desarrollo (R&D); y, sí, proteccionismo comercial. (Creo que Dani Rodrik es un defensor atendible de una variante moderna de "política industrial": One Economics, Many Recipes).

Del otro lado, se replica que el factor clave del asombroso "despegue" de las economías asiáticas fue la liberalización del comercio...

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