GLOSAS MARGINALES / PND

AutorEverardo Elizondo

El miércoles pasado encontré en la primera sección de EL NORTE (REFORMA) una invitación del Gobierno federal al público en general para participar en la elaboración del Plan Nacional de Desarrollo. El PND es un ejercicio sexenal, en conformidad con las reformas constitucionales que datan de 1983 (Arts. 25 y 26). Al sistema de planeación ("democrática") establecido entonces, a cargo del Estado (el rector del desarrollo nacional), se le asignó el objetivo de darle "solidez, dinamismo, permanencia y equidad al crecimiento de la economía". Los artículos referidos contienen otros términos tan ambiciosos como los citados, por ejemplo, "integral" y "sustentable", referidos al desarrollo nacional. Según el texto, el Estado tiene no sólo la función de planeador de la actividad económica, sino también la de conductor, coordinador y orientador de la misma.

Al respecto, la experiencia de los últimos 30 años es aleccionadora: haciendo a un lado la discusión filosófica -muy valiosa de por sí-, está claro que, como tantos otros propósitos planteados en la Constitución, la realidad ha sido muy diferente. Una ojeada a las cifras referentes al crecimiento de la economía durante el periodo considerado basta para mostrar el contraste entre lo pretendido y lo logrado.

Para empezar, entre 1983 y 2012, en números gruesos, el Producto Interno Bruto se duplicó en términos reales, lo que implicó una tasa promedio anual de algo así como 2.6 por ciento. La cifra, de suyo bastante modesta, resulta todavía menos significativa (0.8 por ciento) si se considera el aumento de la población a lo largo de esos años. No es injusto decir que el resultado dista mucho del "dinamismo" deseado en la Constitución. (Gráfica 1)

La "solidez" y la "permanencia" del crecimiento tampoco han salido bien libradas de la prueba histórica. De hecho, apenas 3 años después de los cambio constitucionales aludidos, el PIB real cayó más de 4 por ciento. En 1995 se sufrió una grave recesión; en 2001, una recesión moderada, y, en 2009, de nueva cuenta, una contracción profunda. Se puede argumentar, con cierta base, que estos episodios negativos se originaron en fuerzas externas...

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