GLOSAS MARGINALES / Dos de política... económica

AutorEverardo Elizondo

CONFUSIÓN MONETARIA EN ESTADOS UNIDOS

El pasado mes de junio, la Junta del Fed encargó a Ben Bernanke (BB) la tarea de informar al público su programa tentativo para primero disminuir, y luego terminar, la descomunal inyección de liquidez que se ha denominado QE3. El anuncio causó una alteración depresiva en los mercados financieros mundiales. Obviamente, se trató de un grave error de comunicación. Un refrán africano aconseja no tantear la profundidad de un río metiendo los dos pies en el agua. El ambiente se tranquilizó la semana pasada porque el propio BB declaró enfáticamente que la "fiesta" monetaria debe continuar. Sin embargo, la incertidumbre sobre cuándo y cómo normalizará el Fed su desaforada política monetaria expansionista no ha desaparecido.

La crisis financiera de 2008 se debió, sin duda, a los errores de política monetaria del banco central de Estados Unidos, al propósito populista gubernamental de transformar en propietarios a familias de bajos ingresos y de mucho riesgo crediticio, y al rescate oficial incoherente de instituciones quebradas. Es difícil escapar a la conclusión de que BB ha tenido en todo ello una responsabilidad significativa. Su cargo como presidente de la Junta del Fed termina en enero del 2014. En consecuencia, ya se han empezado a barajar los nombres de su eventual sucesor.

Varios de los personajes mencionados en los medios de comunicación especializados son economistas muy distinguidos. La lista común incluye a dos mujeres: Janet Yellin y Christina Romer. Ojalá me equivoque, pero no creo que el relevo signifique un regreso pronto a algo que se asemeje a la ortodoxia.

CARGA FISCAL EN MÉXICO

Mi artículo de la semana pasada provocó que algunos lectores dedicaran, con generosidad, parte de su tiempo a comentar ciertos aspectos del contenido. Uno de ellos echó mano del consabido argumento de que el Estado mexicano es débil porque recauda poco. Y recordó la cifra trillada de que el fisco federal obtiene apenas el 10-11 por ciento del PIB por la vía de la tributación, un porcentaje bastante bajo si se le compara con el correspondiente tanto a países desarrollados como en desarrollo.

Independientemente de que la fracción aludida se refiere en realidad a un subconjunto de los ingresos totales, pienso que el asunto es más complejo. Hace muchos años aprendí...

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