GLOSAS MARGINALES / ¿Otra carga inútil?

AutorEverardo Elizondo

Según una nota de prensa, algunos senadores, apoyados por diversas organizaciones ciudadanas, propusieron formalmente aumentar en 100 por ciento el impuesto que hoy se aplica a lo que la SHCP llama "bebidas saborizadas". El gravamen en cuestión se estableció en 2014, y consiste en un peso por litro.

Los argumentos en favor del incremento son los mismos que se plantearon hace 3 años, y siguen siendo debatibles. Los proponentes se apoyan en unas cifras que atribuyen al Instituto Nacional de Salud Pública. Cito: "un impuesto del 20 por ciento ayudaría a disminuir el consumo de estas bebidas en aproximadamente de 12 a 18 por ciento" y "ayudaría a prevenir entre 800 mil y un millón 275 mil casos de diabetes para 2030, lo que significaría un ahorro de hasta 50 mil 900 millones de pesos".

En noviembre de 2013 me ocupé en estas páginas de criticar el impuesto en cuestión. Antes de insistir en ello, vale notar que los números citados cubren demasiado espacio. (De paso, cabe precisar que el gravamen no se expresa como un porcentaje sobre el precio de la bebida, sino como una cantidad fija de pesos por litro). Concretamente, las estimaciones de la reducción del consumo, y de la prevención de casos de diabetes, se presentan con una diferencia de 50 por ciento entre la mínima y la máxima, lo que quiere decir que no se sabe, en realidad, cuál sería el impacto. Por añadidura, lo que es más importante, resulta que la experiencia de 2014 y 2015, según datos de Inegi, contradice lo referido: durante el primer año el volumen de ventas (promedio mensual) disminuyó menos de uno por ciento anual; sin embargo, en 2015 aumentó 0.5 por ciento. En los primeros 4 meses de este año ha aumentado 2.3 por ciento. Todo ello era de esperarse: la teoría al respecto señala que los productos gravados tienen una baja elasticidad-precio. En español, eso quiere decir que la cantidad demandada no es muy sensible a las variaciones de sus precios. En consecuencia, también como era previsible, los ingresos recibidos por el fisco fueron muy superiores (50 por ciento en 2014) a los presupuestados.

Para empeorar la situación, la evidencia disponible prueba que lo anticipado por los críticos resultó cierto: el impuesto afectó mucho más a los estratos inferiores de ingreso que a "los de arriba". Al parecer, este aspecto lo reconocen los proponentes...

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