GLOSAS MARGINALES / Candil de la calle...

AutorEverardo Elizondo

COMERCIO LIBRE, PERO NO DEL TODO

Frente al ruido de los tambores de guerra comercial (latente), el Gobierno mexicano se ha declarado partidario del diálogo y, sobre todo, en principio, creyente en el libre comercio internacional.

Qué bueno. Desde la época de Adam Smith, los economistas han sostenido la tesis de que el libre intercambio comercial, a través de las fronteras nacionales, es una política beneficiosa para las partes involucradas. Liberalismo clásico, por cierto.

Por desgracia, ninguna de las dos actitudes positivas mencionadas en el primer párrafo se extiende al ámbito del comercio interno.

  1. - Específicamente, en lo que se refiere al politizado precio de la gasolina, el Gobierno nacional tiene y mantiene ideas equivocadas. Los aspectos del caso son muchos:

    1. Al parecer, el Gobierno cree que vender algo por encima de su costo se asemeja -si no es que equivale- a un delito, que hay que denunciar públicamente, y contra el que hay que proceder por la vía penal. La teoría microeconómica elemental enseña que tal idea implica un error básico.

    2. Si por alguna razón de corto plazo, la interacción entre oferta y demanda resulta en "precios elevados" -concepto dúctil que escapa a la precisión- la libre entrada de oferentes se ocupará de eliminar las utilidades anormales existentes. Pensar que "los nuevos vendedores" puedan ser los gobiernos municipales, como ha sugerido el ejecutivo, es poco razonable. Los gobiernos en cuestión no son capaces siquiera de administrar la provisión de los servicios que les competen. Suponer que funcionarían eficientemente como distribuidores de combustibles, desafía al sentido común y a la experiencia. En todo caso, lo procedente es dejar que la participación en el mercado la decida cada empresa, en función de su percepción de la rentabilidad (o no) del negocio.

    3. En una geografía tan amplia y diversa como la mexicana, imaginar que existe sólo un precio "correcto" (o "justo") de la gasolina, para todos los lugares y todos los tiempos, conlleva una falla analítica. Como ilustración, en Estados Unidos, donde el precio no es controlado por el Gobierno, el galón de la gasolina regular se vende en 2.35 dólares en Luisiana, y en 3.75 en California. So what? Parte de la diferencia es causada por impuestos estatales: en Luisiana, el gravamen es de 20 centavos por galón; en California, es 55 centavos. Otra parte de la discrepancia entre los precios citados es el resultado lógico del juego de la oferta y la demanda.

      En...

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