GLOSAS MARGINALES / Apuntes profanos sobre las elecciones en Estados Unidos

AutorEverardo Elizondo

En México, casi toda la atención de los comentaristas políticos está centrada en la elección presidencial de Estados Unidos. Tal énfasis es comprensible, pero resulta engañoso. Lo que se decide este año es de mayor cobertura. Estará en juego la silla presidencial, pero también un tercio de los asientos en el Senado y la totalidad de ellos en la Cámara baja. Así pues, se trata de un evento complejo, de enorme importancia.

Desde luego, resulta lógico ocuparse de las personalidades y de los dichos de los precandidatos a la nominación de los dos partidos. Sin embargo, hay que recordar que, en el sistema político estadounidense, el poder del Presidente está fuertemente acotado, como lo ha probado Barack Obama, para su frustración. En eso consiste uno de los aspectos clave del llamado "balance de poderes" en una democracia efectiva.

En lo que sigue, pretendo presentar apenas unos cuantos rasgos de las políticas económicas que han expuesto los contendientes principales.

Respecto al comercio exterior, hay razones de sobra para preocuparse. Las ideas de Donald Trump son de plano proteccionistas y, de llevarse a la práctica, darían traste con la liberalización generalizada que ha caracterizado a las décadas más recientes. Todo el mundo sufriría perjuicios en consecuencia, sobre todo las economías en desarrollo, como México.

Desgraciadamente, Hillary Clinton no ofrece mucho mejores perspectivas: aparte de cambiar de postura con frecuencia, se opone, por ejemplo, al Trans Pacific Partnership (un acuerdo de libre comercio entre 12 naciones).

Bernard Sanders, por su parte, discursea con frecuencia en contra del libre comercio, utilizando más retórica que argumentos. En total, el común denominador entre "rojos" y "azules" es una miopía atenta sólo al impacto de corto plazo sobre el empleo. Nada original y, tampoco nada sorprendente. Cuando una economía nacional no está en su mejor momento, resurgen los sentimientos proteccionistas.

En cuanto a la política fiscal, el contraste entre demócratas y republicanos es un reflejo de las posiciones tradicionales de cada uno de los dos partidos. Ambos dicen, por supuesto, que sus propuestas alentarían el crecimiento económico. Sin embargo, los demócratas pretenden gastar más y cobrar mayores impuestos a los "ricos", mientras...

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