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GLOSAS MARGINALES / Ahorrar para invertir y para crecer

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Vincent
AutorEverardo Elizondo

Mi primer empleo realmente formal en México, allá por los sesenta del siglo pasado, ocurrió en el sector financiero, específicamente, en el departamento de estudios económicos de una compañía de Monterrey. Como era de esperarse, uno de los aspectos de mayor importancia para la institución era el tamaño y la composición del ahorro de la economía. Aunque los datos eran de dudosa calidad y se publicaban con mucho rezago, la situación era suficientemente clara: el ahorro representaba una fracción relativamente pequeña del PIB, y el grueso de su formación se efectuaba en el sector privado. Muchas décadas más tarde, esa descripción sigue siendo correcta en lo fundamental.

El problema, por supuesto, es que el crecimiento de la economía depende, entre otras cosas, de la inversión productiva, y que su financiamiento descansa mayormente en el ahorro interno. El ahorro proveniente del exterior, aunque importante, desempeña un papel secundario.

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) publicó este año un extenso estudio sobre la cuestión (Ahorrar para Desarrollarse: Cómo América Latina y el Caribe puede ahorrar más y mejor). Se trata de un análisis no sólo interesante, sino también muy relevante. Por cierto, el título y el mensaje contradicen el consejo económico estándar en la actualidad, que consiste, keynesianamente, en ¡gastar para crecer! Estos comentarios no hacen justicia al documento.

Según las cifras del BID, la tasa de ahorro en México (20 por ciento) es más alta que la del promedio (15 por ciento) de los países de la región. Pero eso no es mucho decir: América Latina en su conjunto tiene un coeficiente de ahorro que es algo así como la mitad del que se registra en las economías emergentes de Asia (35 por ciento). Bajo esta luz, no sorprende entonces la enorme diferencia en el ritmo de la expansión de la producción de las dos regiones y, por tanto, de su nivel de vida.

Las causas de la situación son muy conocidas, pero no son fáciles de corregir. Entre ellas, quizá las destacadas con más frecuencia por los analistas son las siguientes: 1.-fragilidad de los derechos de propiedad; 2.-brotes recurrentes de inflación; 3.-distorsiones oficiales del...

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