GLOSAS MARGINALES / Incoherencias gubernamentales

AutorEverardo Elizondo

Hace "algunos" años, cuando estudiaba finanzas públicas en la Universidad de Wisconsin, uno de los elementos importantes del temario era la "Teoría de las Fallas del Mercado". De acuerdo con varios de sus postulados, el gobierno podía (debía) intervenir en la economía, precisamente para corregir las fallas en cuestión.

Algún tiempo después, ganó prestigio intelectual e influencia práctica la idea de las "Fallas del Gobierno", fincada en dos nociones de sentido común: 1) los políticos y los burócratas no saben (pueden) mucho más que el resto de los mortales; y, 2) igual que todos nosotros, persiguen de veras primero que nada su propio interés, no el discursivo "bien común". Creo que en el caso de México no se necesita probar el realismo de estas dos percepciones. Como quiera, los gobiernos de todas las latitudes se encargan casi a diario de refrendar su validez. Los que siguen son apenas unos cuantos ejemplos recientes de las incoherencias referidas en el título.

Unas semanas atrás me ocupé en estas páginas del caos económico creado en Venezuela por las políticas económicas "socialistas" de Hugo Chávez y Nicolás Maduro. Hace unos cuantos días, Clorox, una conocida compañía estadounidense, anunció que cerraba sus operaciones (tres plantas) en aquel país, con la consiguiente desocupación de 450 empleados. Clorox citó como causa del cierre el absurdo control oficial del precio de sus productos, frente a una inflación desaforada -creación del gobierno. El episodio podría formar parte de cualquier libro de texto de microeconomía. Es obvio que las incongruencias gubernamentales son la razón del problema, pero Maduro dijo que los males económicos son la manifestación de una guerra económica contra el país, emprendida por los capitalistas y por los oponentes políticos del régimen. ¿Aló presidente?

Las incongruencias no son privativas del subdesarrollo. Frente al ascenso relativo de las cargas tributarias en Estados Unidos, muchas grandes compañías han diseñado y puesto en práctica estrategias que reubican parte de sus transacciones en otros países. Esto se ha llamado una "fuga de empresas". En lugar de pensar lógicamente en realinear los impuestos en cuestión, el presidente Obama ordenó al secretario del Tesoro poner en práctica (sin mediación del Congreso) regulaciones que obstaculicen los movimientos. Para justificar sus acciones, el presidente...

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