La globalización tecnológica y los sistemas de innovación: del nivel nacional al regional

AutorArmando Kuri Gaytán
Cargo del AutorProfesor-investigador de tiempo completo en el área de Historia Económica de la Facultad de Economía, UNAM.
Páginas254-273
La globalización tecnológica y los sistemas de innovación:
del nivel nacional al regional
Armando Kuri Gaytán*
Cuando se afirma que la evolución industrial contemporánea forma parte de sistemas que son y se-
rán cada vez más globales pero a la vez también más locales, se está tocando un aspecto central de
la dinámica capitalista actual: la imperceptible y frágil frontera entre lo global y lo local; ignorar esto
significaría caer en una doble miopía de muy graves consecuencias en el terreno de las políticas pú-
blicas y que consistiría en “la miopía de un globalismo privado de lugares y la de un localismo privado
de proyección en el mundo” (Becattini y Rullani, 1996: 23).
Lo anterior se puede aplicar no sólo al contexto económico sino también al socio-político y, en
particular, al geográfico que se ha convertido en uno de los pilares de la investigación contemporánea.
En efecto, luego de permanecer marginada por mucho tiempo, la geografía ha recobrado su papel de
pieza importante dentro de los análisis económico-sociales debido a que en la transición al posfordis-
mo se ha reconocido cada vez más al territorio como una categoría capaz de participar activamente
en la determinación de los procesos sociales, y debido también a que —como señalan Scott y Storper
(1988)—, toda acción humana se da siempre en determinadas circunstancias espaciales.
En dicha transición al posfordismo ha sido notab le la creación de nuevos espacios industriales
de muy diversa índole, así como la recreación de otros ya existentes, que va n desde ciudades de la
ciencia hasta tecnópoli s, pasando por incuba doras de empresas y distritos industriale s, cuyo deno-
minador común ha sido doble, puesto que por un lado se trata de espacios con un fuerte arraigo en
las localidade s y regiones y, por el otro, en l os que la in novación tecnológica ha jugado un pa pel
preponderante.1
* Profesor-investigador de tiempo completo en el área de Historia Económica de la Facultad de Economía, UNAM.
1 “Durante la última década —señala Vázquez Barquero (1995: 18)— los sistemas locales de empresas crecieron notable-
mente, no tanto porque la desindustrialización y la degradación urbana dieran un valor diferencial a este modelo de
industrialización, como debido a que la flexibilidad de los sistemas productivos locales permite formas de acumulación
de capital que se adaptan bien a las condiciones del cambio económico.”
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Armando Kuri Gaytán
En estas nuevas formas flexibles de acumulación, producto de la reestructuración productiva y
de la desintegración vertical de la gran empresa fordista, el papel que juega el cambio tecnológico
resulta esencial en virtud de que ha sido el factor que ha permitido desplegar al máximo las posibili-
dades de dicha flexibilidad en el ámbito de la producción.
Esta revolución tecnológica, aún en curso, también ha tenido fuertes impactos en otros terrenos,
por ejemplo, en el campo de la teoría económica ha sido la causa de un replanteamiento que aboga
por una concepción de la competencia capitalista que incorpore toda la diversidad y el dinamismo de
la organización industrial contemporánea, rebasando los enfoques del ciclo del producto o de la
competencia oligopólica, cuya rigidez era acorde con el fordismo, pero que hoy ya no resultan del
todo útiles (Scott y Storper, 1988).
Uno de los aspectos centrales del trabajo consiste en establecer qué tipo de relación se ha dado
entre el proceso de innovación tecnológica y los sistemas locales de empresas bajo el paradigma
posfordista; en dicha relación destaca el papel de la formación y la capacitación de los recursos hu-
manos —lo cual no es el objetivo desarrollar aquí— por ser considerado un elemento clave en la
búsqueda de la competitividad.2
Son muchos los autores que, desde hace ya más de una década y desde distintos enfoques,
coinciden en subrayar la importancia de los recursos humanos como elemento potenciador de las
nuevas tecnologías; Thurow (1992), por ejemplo, afirma que sin duda serán la principal arma para
competir en el siglo XXI, Alburquerque (1996) y Vázquez Barquero (1995), por su parte, coinciden en
señalar que su adaptación a las nuevas condiciones de la producción son indispensables para el éxito
de las estrategias de desarrollo económico local, Ffrench-Davis (1996) los asocia con una mejor in-
serción en el comercio mundial, mientras que Patel y Pavitt (1994) dicen que es una de las tres insti-
tuciones, junto con una buena gestión empresarial y un ágil aparato financiero, de las que depende
la suerte de un sistema innovador.
En el mismo sentido, y al analizar las condiciones para el surgimiento de los polos de innovación
tecnológica, Preer (1992) plantea que el elemento básico es la existencia de un entorno innovador, en
cuyo núcleo se encuentre una universidad o instituto de investigación encargados de producir el
nuevo conocimiento, lo que sería el signo distintivo de la tecnópolis. A los tres elementos del entorno
que toma de Aydalot —las estrechas interrelaciones locales, los mercados dinámicos y la mano de
obra calificada— él añade un cuarto que es la infraestructura de conocimiento que tiene como tarea
central producir a los técnicos, científicos y profesionales requeridos por la tecnópolis.
2 “La interrelación entre tecnología y educación se deriva tanto de la importancia preponderante de la producción y
la utilización de conocimientos en la actual revolución tecnológica (aumento del contenido de conocimiento en la
innovación) como del efecto de las nuevas técnicas sobre el proceso de producción y difusión de conocimientos” (CEPAL-
UNESCO, 1992:129).

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