El giro lingüístico hoy (o dónde fueron a parar los significados).

AutorLafont, Cristina

Resumen: En este artículo analizo algunos hitos de la filosofía del lenguaje del siglo xx, tales como el surgimiento del externismo semántico en los años setenta y el auge del contextualismo en las últimas décadas, e intento mostrar cómo la lógica interna de dicha evolución deriva de la dificultad de mantener la noción fregeana de identidad de "pensamiento" o contenido proposicional. Desde esta perspectiva, el desarrollo del giro lingüístico en las últimas décadas hace pensar que la consecuencia lógica del intento fregeano de expulsar los pensamientos (o los significados) de la mente no puede ser otra que su eliminación.

Palabras clave: contextualismo, externismo semántico, identidad de contenido proposicional, literalismo

Abstract: In this article I analyze some milestones of the twentieth century philosophy of language such as the development of semantic externalism in the seventies and the revival of contextualism in recent decades. I seek to expose the internal logic of this evolution as a result of the difficulties for defending a Fregean notion of identity of "thought" or of propositional content. Seen from this perspective, the latest stages in the linguistic turn seem to indicate that the ultimate consequence of Frege's "extrusion of thoughts from the mind" can only be their elimination.

Key words: contextualism, identity of propositional content, literalism, semantic externalism

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En su libro sobre los orígenes de la filosofía analítica, Michael Dummett identifica como paso decisivo hacia el giro lingüístico lo que él denomina "la expulsión de los pensamientos de la mente". Este paso fue dado no sólo por Frege, sino también por otros autores alemanes, como Bolzano, Meinong o Husserl, y, en general, por todos aquellos que participaron en la crítica al psicologismo en el periodo del cambio de siglo. Sin embargo, si consideramos la evolución del giro lingüístico a lo largo del siglo xx desde la perspectiva contemporánea, podríamos vemos tentados a replicar que Frege y Husserl no habían visto nada todavía, pues la verdadera expulsión de los pensamientos de la mente no tuvo lugar hasta los años setenta, aproximadamente, con el surgimiento de las teorías externistas del significado y el contenido conceptual.

Para complicar la imagen más todavía, si atendemos a uno de los locus classicus del externismo semántico, "El significado de 'significado'" de Putnam, no deja de ser chocante que la tesis más desafiante a la concepción tradicional, a saber, que "los significados no están en la cabeza", se viera como un ataque a autores como Frege y, de hecho, formara parte de lo que se ha considerado una revolución antifregeana, a pesar de que para Frege la expulsión de los significados y los pensamientos de la mente fue uno de los objetivos fundamentales y recurrentes en sus escritos sobre cuestiones semánticas. Precisamente debido a las implicaciones cartesianas del psicologismo, Frege insistió en el carácter antiindividualista de los pensamientos, que "son susceptibles de ser propiedad común de muchos" (es decir, constituyen lo que Frege denominara el "tesoro común" que "se transmite de una generación a otra"), y en la necesidad de distinguirlos estrictamente de los contenidos de la mente individual, puramente subjetivos, que él denominó ideas (Vorstellungen). Más aún, lo que permitió a Frege sostener su crítica al psicologismo fue precisamente que logró articular un criterio decididamente antiindividualista para individuar dichos pensamientos mediante el recurso a la noción de verdad. Si el enunciado P es verdadero y el enunciado P' es falso, P y P' no expresan el mismo pensamiento. Según este criterio, los pensamientos están individuados por sus condiciones de verdad y éstas no son subjetivas o, como también podríamos decir, no están "en la cabeza". Eso explica por qué simplemente en virtud de entender las condiciones de verdad

de un determinado enunciado todos podemos compartir el mismo pensamiento. Cualquier otra cosa que "esté en la cabeza" de un hablante sin estarlo en la de los demás es irrelevante para el pensamiento, no es un componente de éste, sino meramente una "idea" asociada con él. Desde esta perspectiva puede, sin duda, resultar extraño que el externismo semántico expresado en la tesis putnamiana de que "los significados no están en la cabeza" constituya uno de los ejemplos paradigmáticos de la revolución antifregeana de la filosofía del lenguaje de las últimas décadas.

Esta situación se puede entender mejor, quizás, si apelamos a otro criterio que Frege también ofreció para individuar pensamientos, el que suele llamarse criterio de significancia o valor cognoscitivo. Si los enunciados P y P' no tienen el mismo valor cognoscitivo, es decir, si es posible para alguien que entiende P y P' aceptar uno como verdadero y el otro no, entonces P y P' no expresan el mismo pensamiento o, dicho en términos contemporáneos, no expresan el mismo contenido proposicional. La diferencia clave entre estos dos criterios radica en el hecho de que, aunque los dos hacen uso de la noción de verdad, el primero es puramente objetivo, mientras que el segundo tiene un claro componente subjetivo, es decir, en él se hace referencia a la noción de verdad, pero mediada por la situación epistémica particular del hablante. Dicho criterio depende esencialmente de la comprensión que de facto tenga un hablante particular de dichos enunciados, así como del resto de creencias, supuestos, asunciones, etc., que conjuntamente determinen su asentimiento o disentimiento. A diferencia de las condiciones de verdad, el valor cognoscitivo sí parece estar, en el sentido relevante, "en la cabeza" del hablante individual.

Esta noción internista de contenido cognoscitivo resultante del criterio de individuación fregeano basado en diferencias de actitud individual permite entender mejor que el externismo semántico haya estado íntimamente asociado a una revolución antifregeana en la filosofía del lenguaje reciente. Ello también explica el lugar central que ha ocupado en dicho debate la discusión en torno al fenómeno de las diferencias de valor cognoscitivo en la adscripción de actitudes proposicionales.

Esto último resulta especialmente obvio si se atiende a una determinada corriente del externismo semántico, a saber, la de las llamadas teorías de la referencia directa. (1) Como es sabido, la "expulsión de los pensamientos de la mente" que propugna el externismo semántico radica en considerar que dichos pensamientos están individuados en parte por rasgos externos del entorno físico y social. Esto implica que la cuestión de si dos pensamientos expresan el mismo contenido o no, depende de factores del entorno que el hablante puede ignorar o, lo que es lo mismo, que no están necesariamente "en su mente". Las teorías de la referencia directa tienden a interpretar esta tesis externista o antiindividualista en el sentido de que los referentes mismos son constituyentes del pensamiento, es decir, del contenido proposicional expresado por los hablantes. Precisamente en la medida en que estas teorías incorporan la noción russelliana (o kaplaniana) de proposición singular, no resulta sorprendente que se hayan visto enfrentadas sistemáticamente a los famosos rompecabezas fregeanos relativos a las diferencias de valor cognoscitivo en la adscripción de actitudes proposicionales tales como la informatividad de enunciados de...

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