Gilberto Rincón Gallardo/ Los partidos
| Autor | Gilberto Rincón Gallardo |
Los partidos políticos cumplen una función crucial en el sistema democrático que construimos desde hace décadas en México y han tenido el mérito de evitar un descarrilamiento en el proceso de transición democrática que ahora llega a su desembocadura. Ahora, se han convertido en la pieza clave del futuro y, para estar a la altura de esta responsabilidad, tendrán que enfrentar una reforma organizativa y de identidad que ya es impostergable.
Los partidos políticos deben retomar para ellos el crédito de la construcción de una democracia electoral que permitirá que, en pocos meses, asistamos a la alternancia pacífica en la Presidencia. Viviremos la alternancia presidencial no porque la democracia se haya instalado con el triunfo panista, sino porque, antes, todos los partidos políticos promovieron las condiciones de una competencia democrática. El triunfo de Vicente Fox no es la gesta individual que trae la democracia a México, sino la confirmación de que el lento y azaroso proceso de transición democrática ya había propiciado el cambio estructural en la competencia electoral por el poder.
Sin embargo, tras la alternancia, seguiremos enfrentados a un país con instituciones débiles y con un elenco de grandes problemas nacionales que requieren una nueva política de negociación y la construcción de consensos de Estado entre las principales fuerzas políticas. No hay ninguna garantía de que los partidos actuales estén a la altura de tamañas responsabilidades.
La experiencia, inédita durante más de siete décadas, de alternancia en el poder presidencial exige en estos momentos que el país pueda contar con un sistema maduro de partidos políticos que eviten la repetición, bajo ropajes renovados, de los arraigados vicios del presidencialismo mexicano. La única posibilidad de que nuestra débil democracia no derive hacia una versión populista o plebiscitaria, con apelaciones a la concentración de los cambios en la iniciativa presidencial, reside en la reforma de los partidos políticos y su puesta a tono con los nuevos tiempos de pluralismo y responsabilidad que los ciudadanos están demandando.
Como ha señalado recientemente Luis Salazar, hasta ahora contamos en México con "partidos de la transición", es decir, con grandes agrupaciones políticas definidas en sus términos fundamentales ya fuera por su vinculación al presidencialismo autoritario o ya fuera por su oposición a él, pero no definidas por la normalidad democrática. Estos partidos de la transición y...
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