Gilberto Rincón Gallardo/ Durban, Sudáfrica

AutorGilberto Rincón Gallardo

Escribo este artículo unas horas antes de que concluya la Conferencia Mundial contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y las formas conexas de Intolerancia en Durban, Sudáfrica. Todavía en este momento existen grandes esfuerzos de muchas delegaciones, incluida la mexicana, para llegar a un acuerdo sobre el proyecto de declaración y, así, salvar esta conferencia que tantas expectativas generó y que tantas dificultades ha tenido en su marcha. Contra la impresión que han generado las informaciones de los medios de comunicación, lo cierto es que, hasta el momento, se han generado más coincidencias que diferencias, y las posibilidades de una declaración formal por parte de los países de las Naciones Unidas son muy altas.

Este es uno de los casos en que los árboles impiden ver el bosque y en el que los logros y acuerdos palidecen frente a la fuerza, e incluso la virulencia, de los desacuerdos y conflictos. No obstante, han existido avances notables que, aun en el extremo e indeseable caso de que no se pudiera arribar a una conclusión satisfactoria para todos los países concurrentes, no deben pasar desapercibidos.

En esta conferencia, México reconoció de manera abierta que es un país donde se discrimina y se excluye de las oportunidades a grandes sectores de la población. Por ello, quisimos aprovechar nuestra estancia en Sudáfrica, país que es el símbolo actual de la lucha contra la discriminación racial y la segregación, para expresar nuestro compromiso con la eliminación de todas las formas de discriminación y avanzar hacia el logro de la igualdad.

Para este encuentro, México asumió las conclusiones de la Conferencia Regional de las Américas de Santiago de Chile, en las que se reafirmaron los principios de igualdad de las personas y el respeto de los derechos humanos y libertades fundamentales sin distinción por motivos de raza, color, sexo, idioma, salud, edad, religión, opinión política u otra, nacionalidad u origen social, relación con la propiedad, nacimiento, u otra condición, que son principios fundamentales del derecho internacional y de la normativa internacional sobre derechos humanos. Nuestro país sostiene que la protección contra estos actos o manifestaciones debe formularse como un derecho que pueda ser reclamado por cualquier ciudadano, es decir, como una garantía de la persona que no suponga ninguna condición particular o grupal especial para su invocación.

Cinco han sido los grandes temas de esta conferencia: 1)...

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