Gilberto Parra/ Por los bosques de Jalisco

AutorGilberto Parra

De la deficiencia con la que actúan las autoridades encargadas de cuidar nuestros bosques, da cuenta el actual presidente-de Tecalitlán, cuando declara a MURAL que la tala en su municipio disminuyó, pero no por la acción del Gobierno sino porque los bosques desaparecieron. Más claro, ni el agua.

La explicación de esta grave problemática la ofrece el poco -por no decir nulo- interés que han venido mostrando tanto las autoridades competentes como las que representan a las comunidades afectadas.

Así lo confirma la misma Procuraduría Federal-para la Protección del Ambiente (Profepa) al reconocer que los recursos humanos y materiales de que dispone para enfrentar la tala ilegal de bosques jaliscienses son del todo insuficientes: ¡¡ siete inspectores que se reparten 300 aserraderos, 285 zonas forestales con permiso para explotar y cientos de vehículos que transitan, las más de las veces, por territorios escarpados y a deshoras de la noche!!

Que bueno que los funcionarios asignados a la delegación Jalisco de la Profepa admitan la incapacidad de esta dependencia en la lucha por controlar a los talamontes. Por lo menos sabemos qué entidades del Gobierno federal no funcionan y por qué. Aunque de ningún apuro nos saque.

-Como de ningún apuro hemos salido los contribuyentes de esta entidad cuando el Congreso Local resuelve auditar a la UdeG y luego su órgano técnico auditor, la Contaduría Mayor de Hacienda, trata de evadir su responsabilidad argumentando que el personal con el que cuenta es insuficiente para fiscalizar a esta institución universitaria-.

De lo anterior bien puede uno interrogarse acerca de si tiene algún sentido seguir financiando dependencias gubernamentales que todos los días prueban su inutilidad- o, también si no valdría la pena que los Estados y Municipios asumieran aquellas facultades y responsabilidades, ahora en manos del Ejecutivo federal, que impactan directamente a la población local. Por lo menos aquellas a las que el Gobierno federal no ha atendido con la agilidad y eficacia que se requiere, ocasionando con ello graves daños al patrimonio de familias y sociedad.

Ahora bien, que el Gobierno federal se desentienda de una problemática, preocupa. Pero preocupa -más que los Gobiernos locales y municipales estén con los brazos cruzados esperando que la solución les caiga del "centro", cuando, hasta ahora, no se ve ningún indicio de que las cosas vayan a cambiar, así esté...

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