El gigante que vigila

AutorNatalia Vitela e Ivett Rangel

Enviada

LANTAU, Hong Kong.- Un coloso de 23 metros de altura domina la isla de Lantau.

Pesa más de 200 toneladas y recibe ofrendas de todo tipo, pero no por generar miedo, sino por su aire divino que infunde serenidad.

Es el buda de bronce sentado al aire libre más grande del orbe, construido en la década de los 80 y presentado al público en 1993.

Su estatura es mayor si se considera el pedestal en forma de flor de loto sobre el que reposa, además de la base circular, que lo eleva 11 metros más hacia el cielo.

Para llegar a él hay que volar 18 horas desde México (con escala en San Francisco); después, 60 minutos en un ferry que zarpa de Hong Kong a Lantau, y otros 30 minutos en un autobús que sube hasta la cima de la isla.

Pero eso no es todo, aún hay que ascender 268 escalones para conocer la imponente efigie y, el sólo hecho de admirarlo en su postura de loto, hace que el largo viaje valga la pena.

Está tan lleno de detalles que a veces parece cobrar vida. Los lóbulos de sus orejas tocan los hombros; tiene el pelo encrespado, la cara redonda como una luna llena y la frente amplia y plana.

Todo tiene un significado, pues cada una de estas características significan sabiduría y felicidad, según los monjes que habitan el monasterio Po Lin (Loto Precioso), que además es uno de los más importantes centros budistas de Hong Kong, donde comparte espacio con el buda.

En la base hay un museo donde se exhiben múltiples reliquias, como representaciones milenarias relacionadas con la vida del iluminado.

El buda recibe a devotos y turistas con una sonrisa que transmite paz y plenitud, y su mirada fija parece estar enmarcada por sus cejas en forma de lunas crecientes.

La posición de las manos representa gestos corporales empleados en la meditación.

La derecha simboliza el deseo de aliviar del sufrimiento a los humanos, y la izquierda, el anhelo de felicidad. Al centro del pecho tiene una cruz gamada, pero el significado dista del uso que le dieron los nazis.

Esta svástica de buda representa en realidad un millón de virtudes y la compasión sin fin; a su vez, la rotación que simula alude a la presencia eterna de Buda en la Tierra.

La estatua está escoltada por otras seis en actitud de reverencia, con sus rodillas postradas sobre el piso y cada una con sus ofrendas.

Los seguidores de Buda emulan a estas "devas" o entidades divinas y siguen su ejemplo de llevarle regalos.

En las faldas del monte donde está construida la figura se encuentra el monasterio Po...

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