Entrevista / Gianni Vattimo / Promueve Vattimo el pensamiento 'débil'

AutorIrene Savio

Corresponsal

ROMA.- Hay humanos cegados por la razón. Otros dudan con constancia y se autocritican, como el italiano Gianni Vattimo (Turín, 1936), uno de los filósofos más importantes de la Europa de nuestros días. A los 25 años escribió su primer libro y a los 43 años, influido por Martin Heidegger y Friedrich Nietzsche, publicó un ensayo titulado Pensamiento débil, con el propósito de destruir la idea de que la vida de los hombres debe ser llevada en una única dirección y con ideas firmes.

"Vivimos en un mundo multidireccional, en el cual la ciencia y el progreso nos proponen diferentes vías", dice en entrevista con REFORMA.

Feltrinelli publicó su "Pensamiento débil" hace veinte años.

Sí, estamos viejos. En realidad, el ensayo original fue difundido públicamente por primera vez en un pequeño club de Salerno en 1979, mientras en Europa entraba en crisis la Razón como explicación última de todo. Yo respiré esa atmósfera y, partiendo de las ideas de Heidegger y Nietzsche, elaboré el Pensamiento débil, es decir, un pensamiento que se opone a la idea de llevar la vida de los humanos en una misma y única dirección, en lugar de respetar las diferencias y de protegernos contra las desigualdades.

Desde los años 70 usted ha tenido un giro religioso, entre otros con "Creer que se cree" y "El futuro de la religión", sobre un Dios metafórico que perdió su valor de temido y temible.

Siempre he estado convencido de que era necesaria una síntesis entre cristianismo e iluminismo. El cristianismo rompe con la violencia de lo sagrado y propone la cercanía de Dios en Jesús, que conlleva un saber donde el único límite para la interpretación es la caridad. En cambio, lo sagrado como verdad única ha significado violencia a lo largo de la historia.

Muchos lo critican. Dicen que su filosofía es poco atrevida y sin ambición.

Las críticas son bienvenidas y me ayudan. Con los años, grandes filósofos, como Richard Rorty, se declararon pensadores débiles. Fue una gran satisfacción.

Usted dice ser católico, comunista y homosexual. ¿No será que le gusta provocar?

No crea que ha sido fácil. Mi triplicidad me provocó una úlcera en 1977, porque en esa época yo seguía con mucho rigor la ética católica sobre la sexualidad y me atormentaba el alma pecar. Ahora voy a misa sólo cuando no estoy en Italia.

Entonces, ¿ser homosexual lo penalizó?

Es un problema de clase social. Si eres rico, puedes vivir en tu mansión con tu mujer, tus hijos y tus amantes.

¿Cómo concilia sus ideas...

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