Germán Martínez Cázares / ¿Medir mentiras en Palacio?

AutorGermán Martínez Cázares

"La libertad es siempre

y exclusivamente libertad

para quien piensa diferente".

Rosa Luxemburgo.

El "Quién es quién en las mentiras de la semana", el mentirómetro ideado desde Palacio Nacional para poner en un balcón, ¿o en un cadalso?, a la prensa mexicana, tiene un problema de fondo: ¿existe la verdad en política? ¿No es acaso el pueblo soberano el que tiene la "verdad", y sólo de forma temporal, porque además posee, en todo momento el derecho de cambiar de opinión? Los políticos hacen un trabajo modesto, que se contentaría con "verdades probables". Las verdades perpetuas (dogmas) generan exclusión, incluso violencia y muerte.

En ese contexto, es oportuno recordar a Rosa Luxemburgo (1871-1919), una de las marxistas más influyentes del siglo XX, a quien conocí por mi afición a las lecturas de Hannah Arendt. Quizá, junto con Simone Weil, estas tres mujeres representen la herida dolorosa abierta en el siglo XX que no logramos cerrar en el siglo XXI. El pensamiento de ellas es fuego inteligente sobre un sistema económico y político insaciable de privilegiados e insensible con los vulnerables.

Rosa Luxemburgo, polaca de origen judío, fue valiente. Aunque simpatizaba con el ideal de igualdad y justicia de la Revolución rusa de 1917, criticó la deriva autoritaria de ese marxismo encabezado por Lenin y Stalin; temía más a una "revolución deformada" que a una "revolución fracasada". ¿Está deformada la 4T? Por el bien de todos -con la clase media, habrá que agregar-, primero los pobres.

Morena parece no acabar de entender el mensaje de las urnas de las elecciones pasadas donde, para decirlo en palabras de Rosa Luxemburgo, la transformación de un sistema de gobierno no supone "una fórmula prefabricada que ya está en el bolsillo del partido y que sólo requiere ser enérgicamente aplicada en la práctica". Eso es fundamentalismo.

Además Luxemburgo advirtió: "Lo negativo, lo que hay que demoler, puede decretarse; lo positivo, aquello que hay que construir, no". Porque, sigue diciendo la pensadora de izquierda, "la vida pública de los países con libertad limitada es tan pobre, tan rígida y tan estéril precisamente...

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