Germán Martínez Cázares / Diez razones para no anular

AutorGermán Martínez Cázares

El grave problema del poder político en México es que lo queremos definir y repartir, antes de que los ciudadanos lo definan y repartan en las urnas.

Obviar la rutina de las elecciones siempre ha sido una tentación. Antes para los ladrones de votos del viejo sistema autoritario, después para la plutocracia, los caciques y algunos líderes religiosos, todos dispuestos a colocar en el gobierno marionetas dóciles a sus reclamos. Ahora, una ocurrencia insiste en afirmar que es perturbador escuchar y obedecer la preferencia del ciudadano. Votar es un acto de libertad, no ejercer esa libertad equivale a esclavizar nuestra conducta pública a algún narcisismo de moda. Quizá no estamos escuchando "al otro" y el pluralismo incomoda.

Por eso manifiesto diez razones para ir a votar, sin anular nuestro sufragio. Con mayor razón en muchas entidades donde la contienda es reñida y se definirá por pocos votos.

  1. El voto es el nexo entre política y derecho. Pretender romper esa ligadura, ese enlace, no solo "deslegitima" a las autoridades electas como buscan los "anulistas", también produce un efecto perverso y peligroso: siembra duda sobre la utilidad de vivir en un Estado de derecho. Quienes hoy llaman a anular el voto porque "todos los políticos son un asco", conscientes o no, preparan el terreno para desobedecer las reglas que esos políticos discuten y dictan. El desprecio al derecho a votar es la semilla para cosechar, pronto, el desprecio a la ley.

  2. El idilio pleno entre electores y gobernantes es una quimera. La satisfacción absoluta con los Gobiernos buscada por los "anulistas" no existe, no es real. Ningún candidato de ningún partido puede dar garantía categórica de un desempeño futuro honesto y eficaz. El voto sirve para elegir al gobernante, pero el ejercicio responsable de Gobierno solo será posible con la vigilancia permanente del ciudadano.

  3. Votar es un derecho para decidir, pero también es una obligación (Artículo 36, fracción III, de nuestra Constitución). ¿Los "anulistas" desobedecen la Constitución solo porque no tiene sanción ese mandato? ¿Su ambigüedad es cumplir? ¡Valiente virtud cívica!

  4. Votar es una herramienta pacífica para sustituir a nuestros Gobiernos. Dañar esa herramienta "dará alas" a los que en Guerrero, Michoacán y Oaxaca no permiten instalar casillas. Extraña coincidencia.

  5. Es cierto: el "voto nulo" no beneficia al PRI. Pero el "voto nulo" sí hará triunfar a los dañinos...

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