Germán Dehesa/ Dominan Tencha y Felipe

AutorGermán Dehesa

A la vida le ha dado por zarandearme. Supongo que no soy el único, pero sólo yo puedo hacer la crónica de mis propios zarandeos. Está el fantasma de Felipe II que, en compañía de doña Tencha, me ha escogido como sucursal de El Escorial y se me aparece en cada esquina bloqueada (por cierto, si los burócratas aplicaran a sus diarios quehaceres la eficiencia y la sincronizada estrategia que desplegaron el martes para colapsar la Ciudad, México ya estaría entrando de lleno en el primer mundo). Está la muy lamentable noticia de la muerte de Ikram Antaki en cuya amistad perseveré y que, en su último libro, nos avisa que una nación sin instituciones fuertes y confiables no prevalecerá. Están dos o tres horas de mi única vida sacrificadas en el escasamente respetable altar de una burocracia que, en todos los sentidos de la palabra, le está pasando la factura al doctor Zedillo. Está un libro irónico y terrible titulado "Allá en el campus grande" de Guillermo Sheridan (Ed. Alfaguara) que nos cuenta paso a paso cómo hemos ido arruinando a la UNAM a punta de gritos sindicales y sombrerazos de "estudiantes" que, a falta de voluntad académica, optan por la vaga e incomprobable redención del pueblo. Está la noticia que ventila López Dóriga: el gobierno ya accedió a dar el bono sexenal; y está el comentario de muchos enterados que me dicen (espero que tengan razón) que el asunto no es tan fácil y que ni siquiera puede depender de una decisión unilateral del Ejecutivo. Con todo esto se fabrica un acongojado insomnio. Y todavía falta recibir la noticia de que los burócratas capitalinos también quieren su bono y que, conociendo ya el método, se disponen a coaccionar a Rosario Robles. No lo van a hacer en estos próximos días porque son de puente y un puente es sagrado, pero lo harán a partir del próximo lunes, ya vigorizados por las salutíferas aguas de algún balneario.

¿Será siempre nuestro destino ser rehenes de algo o de alguien? ¿Existen o no las instituciones? ¿Será sano enviarle a la sociedad el mensaje de que la única manera de obtener una respuesta rápida y favorable del gobierno es mediante el atropello de la legalidad y la flagrante suspensión de la vida pública? Pueden ser los traileros, pueden ser los trabajadores de la UNAM (que como bien documenta Sheridan ya son más numerosos que el personal académico, aunque las tareas que cumplen las podrían realizar con una quinta parte de los que actualmente están en nómina); pueden ser los burócratas que...

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