Genio y Figura / El poder de una mirada

AutorGaby Vargas

Qué mirada tiene... Es lo primero que pienso cuando la conozco. Más que escuchar la plática que nos da la directora del colegio, me siento atraída por su paz, su serenidad y el balance interior que proyecta. Al platicar con ella, me doy cuenta de que su contacto visual es permanente, no se distrae, no ve a otras personas. De esta manera, me hace sentir que soy lo único que existe en ese momento.

Es poco común encontrarnos personas así. Cuentan que, precisamente ése era el origen del carisma de John F. Kennedy. Al conversar, veía a la persona de tal forma que le provocaba la sensación de estarle buscando el alma. ¿El resultado?, conquista absoluta.

El lenguaje de la mirada es inagotable. Es tan sutil y al mismo tiempo tan poderoso, que valdría la pena analizarlo.

En lo íntimo

¿Has platicado con alguien que dice escucharte pero que centra su mirada en otro lado? Nos sentimos ignorados. ¿Cuántas veces lo hemos hecho cuando nuestro hijo, o pareja, quiere contarnos algo? Para que haya una verdadera comunicación, el encuentro visual es muy importante.

Por lo general, la mirada exterioriza nuestra conciencia. Por eso, cuando queremos disimular algún sentimiento, ya sea de atracción física o de culpa, escapamos del intercambio de miradas. Sin embargo, cuando conocemos bien a la persona, basta un atisbo para establecer un coloquio silencioso. Y si estamos enamorados, con una sola mirada nos sentimos entrelazados.

Observa cómo, cuando algo nos interesa, lo miramos fijamente. A veces se trata de una persona del sexo opuesto, de un artista o simplemente de la forma de vestir de alguien. En estos casos, para disimular nuestro interés, tratamos de observar cuando no nos ven. Aunque, a veces, el inconsciente nos delata y por más que queremos, la atracción o curiosidad se hacen evidentes.

Así mismo, cuando estamos estresados, los ojos son un buen indicador ya que solemos cerrarlos, como deseando que desaparezca el problema.

En lo social

Muchas veces, en una reunión con personas desconocidas, podemos distinguir quién es introvertido. Por lo general, baja los ojos con frecuencia y no sostiene el contacto visual. En este caso, es mejor mirar suavemente, voltear a otro lado para evitar que se sienta intimidado y así podremos ganar su confianza poco a poco.

Cuando nos encontramos con una persona de trato difícil, u hostil, la mejor...

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