Genio y figura / Un mundo aparte

AutorGaby Vargas

Mi padre solía echarse de clavado en la alberca y permanecer sumergido hasta que el aire se le acababa. Después giraba sobre su espalda y se quedaba flotando un buen rato, mientras disfrutaba la calma del momento. Es un placer que ahora imito y encuentro fascinante cuando nado una vez a la semana, o ahora que me encuentro de vacaciones.

En la profundidad del agua hay un mundo muy especial en el que logras desconectarte de la realidad, no hay ruidos del exterior y sólo se escucha la respiración propia.

Los tonos azules del agua propician una especie de meditación caracterizada por la calma, la paz y el sentido de unidad y felicidad por la vida. Todo eso se experimenta en ese instante de una forma inigualable.

Sí, hay pocas cosas tan sanadoras para el alma, el cuerpo y la mente como el agua. Imagínate parado en una playa frente al vasto océano, sin nada que obstaculice tu vista.

Sientes la brisa en el cuerpo, el pelo y la cara, mientras tus ojos se pierden en las tonalidades azuladas. O bien, visualiza un lago, un río, incluso una alberca o una tina deliciosa. Ahora, escucha el gorgoteo del agua de una cascada o una fuente, mientras disfrutas de la naturaleza o de la plática con algún ser querido. ¿Existe algo más sanador?

El agua es bendita. Dentro, fuera, cerca de ella, en la piel, tomada, disfrutada, dulce o salada, el agua sana de manera prodigiosa y sus efectos se extienden a todas las áreas de nuestra vida. Como dice el dicho: "Muchos han sobrevivido sin amor, pero ni uno solo sin agua".

Por eso, en esta época de vacaciones lo primero que buscamos es un lugar en el que podamos disfrutar de ella y de todos sus beneficios. No es un tema personal, se sabe que algo muy poderos nos atrae: la sobrevivencia.

REFRESCA LA MENTE

El agua simplemente nos hace felices. Seguramente, en alguna capa del inconsciente nos regresa al vientre materno en donde fuimos creados y formados.

"Si hoy en la noche te bañas antes de dormirte, todos los miedos que tengas se irán", le dijo mi esposo a...

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