Por una genética 'comunitaria'

AutorMáximo Kuri

REFORMA/Corresponsal

VANCOUVER, Canadá.- En el Congreso Mundial de la Organización del Genoma Humano (HUGO) en Vancouver, un grupo de científicos que busca hacer partícipes de las ganancias por descubrimientos médicos a todos los habitantes del planeta se enfrenta a otro que considera que cualquier tipo de impuesto de cooperación a las empresas farmacéuticas solo causaría el encarecimiento de los tratamientos descubiertos.

"Se trata de encontrar un equilibrio y revivir la compasión que necesita este mundo obsesionado con la globalización", dijo el doctor José María Cantú, catedrático de la Universidad de Guadalajara y miembro del Consejo de HUGO. "Las estrategias de la organización buscan el beneficio común para el ser humano", señaló.

El comité de ética de HUGO busca establecer un impuesto de cooperación que se cobraría a las empresas farmacéuticas sobre las ganancias generadas con base en investigaciones relacionadas al genoma humano, el "mapa genético" de la raza.

Se ha considerado un impuesto de entre 1 y 3 por ciento sobre las ganancias, y los fondos recaudados se utilizarían luego para "propósitos humanitarios" en los países menos desarrollados o que más necesiten ese tipo de ayuda. Organizaciones como la UNESCO se encargarían de distribuir los fondos.

"No se trata de satanizar a los laboratorios químicos, pero tenemos que tratar de que se beneficie la gente en todos lados", dijo Cantú a REFORMA, añadiendo que en un reciente viaje a Namibia vio a gente buscar desesperadamente nidos de hormigas para alimentarse con ellas.

"Vivimos en una sociedad donde las ganancias para los accionistas de los laboratorios son ahora más importantes que el bienestar de los seres humanos, aún de aquellos cuyo material genético se ha utilizado para lograr esas ganancias", añadió.

"A veces el estudio de enfermedades muy raras permite el tratamiento de otras más comunes" dijo el también fundador del doctorado en genoma humano en la U. de G. Cita como ejemplo a una familia venezolana, gracias a la cual en 1983 se logró aislar un gen que causa el mal de Hutchinson, y un par de años más tarde se encontró la secuencia del gen. "Nadie en Venezuela se benefició en ese caso, y ningún científico venezolano participó en el proyecto", dijo Cantú.

Abdullah Daar, delegado de Omán, y miembro también del comité de ética de HUGO, dijo que por lo menos el tema ya se debate, y está en la agenda. "Es muy raro y alentador ver que se hable tanto de amor, de compasión, y de...

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