La generación del 49
| Autor | María Luisa Medellín |
Llegaron de distintas partes del Estado y del País, incluso dos venían de Bad Axe, Michigan y Harlingen, Texas. Eran los alumnos de la generación 1946-1949 de la Normal Miguel F. Martínez.
Algunos de Sabinas Hidalgo, Linares, China, Bustamante y Cerralvo, se inscribieron atraídos por una beca de 50 pesos que el entonces Gobernador, Arturo B. de la Garza, instituyó para que los varones nuevoleoneses se animaran a cursar la carrera magisterial, en la que predominaban las mujeres.
Desde un principio, aquellos 52 jóvenes recién egresados de secundaria, en su mayoría, simpatizaron y compartieron su vocación por educar.
Daniel Barrera, de Villa de Méndez, Tamaulipas, y hoy octogenario, recuerda que en el descanso o después de las clases solían reunirse en el puesto de Muñiz, donde comían enormes tortas con frijoles y lonches de jamón.
Las chicas llevaban faldas amplias y zapatos de piso; a los muchachos se les exigía ropa de vestir y corbata.
La Normal se situaba en Juárez, entre Tapia y M.M. de Llano. Eran los tiempos en que se bailaba al ritmo de Pérez Prado, del romanticismo de Los Panchos, y de las idas y regresos de los normalistas en la Estación Unión, los Transportes Tamaulipas y los Cadereyta-Reynosa, tanto los viernes por la tarde como los domingos ya muy noche.
En ese escenario se forjó la amistad de una generación que, a 63 años de dejar las aulas de la Miguel F. Martínez, aún perdura.
Daniel, bajito, campechano y de cabellera y bigotes blancos, conserva el discurso de despedida que ofreció Nora Aguilar, en representación de los graduados, y que fue como un vaticinio:
"Ya que es preciso la retirada, formulo un pensamiento de despedida: despedida que se resiste a ser adiós y sólo quiere ser un hasta pronto o cuando mucho un hasta luego".
Y, efectivamente, al transcurrir las décadas, estos jóvenes de experiencia acumulada se han convertido en una gran familia.
Han vivido como suyos los aniversarios de boda, los bautizos y casamientos de los hijos, la llegada de los nietos y bisnietos, pero también han llorado la partida de los compañeros que poco a poco se les han adelantado en el camino.
De un grupo inicial de 35 mujeres y 17 hombres, actualmente viven 6 hombres y 21 mujeres, es decir, 25 han fallecido.
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Daniel Barrera y Reynaldo Torres llegan a casa de Dalila Gutiérrez, una de las iniciadoras, junto a Ignacio Tijerina, de las reuniones de esta generación de normalistas.
No ha sido posible que asistan más compañeros: algunos están...
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