Genera polémica el arbitraje de Alcalá

AutorLuis Homero Echeverría

ENVIADO

TOLUCA.- El árbitro Gilberto Alcalá se erigió como el escritor del libreto de la Final del Torneo Apertura 2005, y quiso hacer la historia diferente, al cometer una serie de imprecisiones que derivaron en un partido de muchos goles, intensidad y protestas a su comportamiento.

Alcalá influyó de entrada en el partido de ida al marcar un penal inexistente de Hernán Cristante sobre Joel González, cuando fue éste el que pisó al guardameta toluqueño. Los Diablos del Toluca y los Rayados del Monterrey empataron a tres en el episodio de ida, en medio de un arbitraje que pedía la ayuda divina para atinarle a sus marcaciones.

Y que no la tuvo porque no fue el único error que cometió Alcalá, también estuvo un penal sobre Guillermo Franco que no señaló y otro sobre Vicente Sánchez en el segundo tiempo.

También permitió los reclamos, los clavados dentro del área sin amonestación, las riñas en las bancas, y todo trató de minimizarlo con su acostumbrada característica de "buena onda" y una palmada en la espalda a los jugadores.

Con todo y esas fallas, y casi en el último suspiro, cuando la serie parecía pintarse de azul y blanco, surgió el escarlata del conjunto mexiquense para alcanzar la igualada y dejar en suspenso hasta el domingo, en el segundo capítulo que ya será en el Tecnológico.

Ayer los Diablos fueron exhibidos en los primeros minutos. Toda esa defensiva de la que se jactaban a lo largo de la Liguilla se vino abajo de inmediato al aceptar dos goles en apenas 8 minutos, cuando sólo habían recibido uno en sus cuatro anteriores encuentros.

La propuesta ofensiva de Miguel Herrera y sus Rayados provocó que la Final no fuera de aburrimiento, sino que Toluca también se abriera y adelantara líneas para escenificar un encuentro de goles.

Rayados tuvo en un puño al equipo de casa, lo forzó a cambiar su estilo, a hacer movimientos prematuros, a olvidarse de su prioridad de resguardo, y funcionó con más atrevimiento y deseos por resolver la Final de inmediato.

En ello colaboró la función del brasileño Julio César Pinheiro, quien una y otra vez entró por el costado izquierdo quemando a Mario Méndez, jugador que tuvo que abandonar la cancha en el segundo tiempo.

Sin embargo, esta vez ni Guillermo Franco ni Luis Pérez pudieron lograr una tarde redonda, más cuando gozaron de la ventaja de dos goles y dejaron varios minutos el balón en poder de un adversario que fue creciendo y que jamás se rindió.

El técnico del Toluca, Américo Gallego, demostró...

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