Gelatinas tiemblan de sabrosas

AutorJulieta R. Kabande

Foto: Roberto Antillón

Todo niño las probó durante su infancia después de una calurosa tarde de juegos, en la dieta de un enfermo, ya sea en casa o en hospital, no pueden faltar, y mucho menos se excluyen cuando se trata de cuidar la línea.

En pocas palabras el sabor y utilidad de las gelatinas no conoce de fronteras, ventajosa situación para los amantes de los postres y del equilibrio alimenticio.

"La gelatina es un alimento fácilmente digerible, tiene proteínas porque la grenetina que contiene se saca de los huesos de animales, también tiene carbohidratos por el azúcar que posee", explica la nutrióloga Carmen Navarro.

Combinada con coloridas frutas de temporada, jugos, nieves, verduras y semillas, la gelatina resulta un postre que a simple vista es irresistible para cualquiera. Su transparente apariencia invita a darle un mordisco o comérsela a cucharadas, dependiendo del tamaño de su antojo, y lo mejor de todo: ¡no engorda!

Para las personas diabéticas este postre es su salvación, ya que en el mercado existen desde hace varios años gelatinas sin azúcar que se endulzan con sacarina, y por lo tanto, no afectan su dieta.

"Este postre se utiliza en la cocina para darle cuerpo a determinados platillos, aunque también sirve para elaborar postres que se montan en moldes y se vuelcan como ligeras gelatinas, e incluso, mousses, carlotas y terrinas.

"Se comercializa en polvo, en grageas o en hojas finas llamadas 'cola de pescado'. Una hoja de gelatina equivale a 2 gramos de la normal o de polvo, es decir, 1 bolsita de 10 gramos es lo justo para solidificar 2 tazas de líquido", explica Jean Michel Fourgous, chef pastelero e instructor.

Una buena gelatina debe...

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