Juan García de Quevedo / Incertidumbre democrática

AutorJuan García de Quevedo

Incertidumbre, bendita incertidumbre, Llamadas por celular. Inquietud maravillosa. La moneda está en el aire. Nadie sabe, todos hacen pronósticos, todos felices y activos en esta fiesta ciudadana. En un día se decide el destino de todos; cada uno con su decisión formada construye un destino colectivo. Recuerdo toda la tinta vertida, las miles de hojas escritas, las miles de horas en la radio, los anuncios enloquecedores en la TV, las mil discusiones. Comidas, cenas en discusión permanente donde afloraban los miedos, los fanatismos partidistas, la política rompiendo viejas amistades y creando nuevas complicidades. Así es nuestro aprendizaje democrático, al margen de los matices, de saber tolerar los desacuerdos y reírse de los extremos apasionados. Este domingo esperamos que nada ni nadie altere la voluntad ciudadana. Este domingo, sólo este domingo, todos somos maravillosamente iguales; el rico y el pobre, el culto y el inculto, el tonto y el inteligente. Por un milagro teórico, a todos la democracia hace iguales, así como la muerte que no es ningún milagro teórico pero sí destino democrático de la carne. Este domingo nadie es más que nadie, este domingo sólo son menos los que no se decidieron a votar porque ellos no influirán a favor de nadie, porque ellos decidieron no existir.

Vivo desde Guadalajara esta cerradísima contienda, con un sol extraordinario, tan extraordinario como la participación política electoral. A mí sólo me preocupa la ecuanimidad, la mesura, la convicción democrática del Presidente Fox. Fox me preocupa más que cualquier contingencia electoral. Pienso que hoy domingo, por fortuna, tiene la boca sellada y las manos atadas, pienso que incluso su más que influyente esposa poco o nada podrá hacer. Veo los periódicos del sábado con la noticia de Echeverría y francamente me inquieto. Creo sinceramente que es el último spot publicitario de la Presidencia. En mal día se produjo este estúpido acontecimiento que para mí sencillamente pone en evidencia la desesperación del Presidente Fox. Espero equivocarme, pero nada más peligroso que un Presidente desesperado, que ya hizo bastantes barbaridades en este proceso electoral para impedir que sintamos lo que deberíamos sentir de la Presidencia: confianza, certidumbre, tranquilidad. Lo del Presidente Echeverría es simplemente una real y absoluta estupidez desde cualquier punto de vista; no sólo es un hecho injusto, sino absolutamente...

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