¿Dónde está García Lorca?

AutorSilvia Isabel Gámez

En uno de los tres pozos de agua localizados en el antiguo campo de instrucción de Peñón Colorado, en Granada, podrían hallarse los restos de Federico García Lorca.

"Están en paralelo y como a un metro uno de otro", precisa el historiador Miguel Caballero.

Cuenta que en 1998 se intentó hacer un campo de futbol en esa zona, ubicada entre Víznar y Alfacar, a unos 9 kilómetros de la capital andaluza. Se niveló la ladera de la montaña cubriendo el terreno con toneladas de tierra que ahora deben retirar.

Los tres antiguos pozos, que fueron utilizados como fosas, se ubican en un área de 200 metros cuadrados. El georradar ha permitido calcular de 4 a 8 metros de profundidad entre la superficie y el terreno original.

"Tenemos que quitar muchos metros cúbicos de tierra para encontrarlos".

Después de una campaña para recaudar fondos a través de la asociación Regreso con Honor, el equipo liderado por Caballero y el arqueólogo Javier Navarro, ha logrado reunir la mitad de los 33 mil euros que necesitan para que 14 especialistas emprendan la tercera temporada de una búsqueda que comenzó en 2013 y 2104.

"El 5 de septiembre sabremos si tenemos la otra mitad, que se ha comprometido a entregar un donante. Si nos dice que sí, empezaríamos a mediados de septiembre; si no, tendremos que conseguir más financiación".

A 80 años de la muerte de García Lorca, se desconoce aún donde fue sepultado. Las investigaciones de su biógrafo, Ian Gibson, basadas en el testimonio del presunto enterrador del poeta, Manuel Castilla, Manolo el Comunista, condujeron en diciembre de 2009 a explorar la zona de Fuente Grande.

La búsqueda, que costó alrededor de 70 mil euros a la Junta de Andalucía, resultó fallida.

"Creemos que en el área excavada nunca se realizaron fosas de enterramiento, ni han existido restos óseos humanos", concluyó en su informe el arqueólogo Francisco Carrión.

"A la primera semana de excavación, a los 10 días, ya sabíamos que era muy difícil (hallar fosas) por la disposición geoarqueológica del lugar", cuenta desde Granada.

La distancia entre la superficie y la roca del subsuelo era de 40 centímetros, cuando una fosa requiere 1.5 metros de profundidad.

"Nuestro plan original era hacer no sólo sondeos en ese sitio, sino en otros próximos al barranco de Víznar, pero no fue viable", señala. "Hubiéramos necesitado más tiempo y recursos".

Gibson se niega a creer que Castilla le mintiera, como escribe en La fosa de Lorca: Crónica de un despropósito (Alcalá, 2010), y asegura que no se buscó "debidamente" alrededor del olivo y del "barranquillo" -un pequeño cauce por el que corre el agua en invierno- que le había señalado.

Caballero asegura que Castilla dio una información errónea. El historiador halló el expediente de ingreso del supuesto enterrador a la Falange Española, partido de extrema derecha al que se alistó el 26 de septiembre de 1936, días después de llegar a Víznar, por lo cual concluye que no pudo...

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