Ganan reos respeto por medios violentos

AutorHenia Prado

Cuando Eduardo sonríe, muestra sus encías sin dientes frontales, que destacan tanto como una prominente cicatriz en el lado izquierdo de la frente.

El hombre, de 32 años de edad, dice que en cuanto salga de la cárcel lo primero que hará será visitar al odontólogo, pues le apena que la gente lo vea así, pero hace algunos años esa característica le hizo ganarse el respeto de sus compañeros prisioneros.

Al principio eres nuevo y te andas agarrando con todos, a mí me gustaba pelearme, cualquier pretexto es bueno y te empiezan a admirar, dice el reo del Reclusorio Oriente.

De acuerdo con cifras de la Subsecretaría de Sistema Penitenciario en 2007 se registraron 227 riñas y 12 muertes violentas en los penales, mientras que al 31 de julio, las riñas ya sumaban 138 y los decesos por esta causa, 11.

Eduardo ha pasado más de 15 años en prisión por robar, y conoce el Reclusorio Sur, el Norte y Santa Martha.

El reo es de apariencia ruda, tiene las manos curtidas por las riñas, que no siempre ganó.

"Era bien bravo, pero en una de esas, hace como 5 años, sí me dieron y mira cómo me dejaron", dice mientras enseña las encías, "pero hay otros compañeros que los ves sin pies, sin manos, porque los lastimaron con puntas, cuchillos y las heridas se les pudrieron, se las amputaron".

El preso relata que en la cárcel las reglas que valen no son las institucionales. Sentado en una silla de la iglesia cristiana improvisada en el patio del penal, conocido como Chapultepec, asegura que los mismos reos son quienes imponen sus leyes.

El Presidente de la Comisión de Derechos Humanos del DF (CDHDF), Emilio Álvarez Icaza, también opina que las prisiones tienen sus propias normas.

"Es como una Ciudad con sus propios términos, hay formalidades, reglamentos, disposiciones, enormes espacios de autogobierno", señala el Ombudsman.

Mario Minor, sicólogo en ciencias penales especializado en criminología, e investigador de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala, señala que los reos viven como pueden y, para poder subsistir, generan cotos de poder con los que tienen acceso a mejores posibilidades de vida.

El experto indica que el respeto se gana principalmente demostrando la supremacía a través de la violencia, pero también a través...

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