Gambusino de la historia

AutorJorge F. Hernández

Luis González y González, fallecido el 13 de diciembre, fue un buen hijo único y buen padre de seis hijos. Fue el nieto sobresaliente de quienes fundaron su pueblo natal, San José de Gracia, al grabar para siempre en la memoria la microhistoria de ese lugar, habitantes y costumbres. Por lo mismo, fue un generoso abuelo de sus seis nietos y de todos los hijos de sus alumnos. Sobre todo, Luis González fue hombre de un solo y único amor, pues con Armida de la Vara no terminó nunca de redefinir su papel de novio, amante, pareja, esposo y compañero. Que conste que donde ahora están ambos han reanudado la secreta epifanía de su amor ejemplar.

Don Luis fue alumno notable de grandes pensadores: Alfonso Reyes, Arturo Arnáiz y Freg, Ramón Iglesia o José Gaos; discípulo especial de Daniel Cosío Villegas y Fernand Braudel. Fue Maestro ejemplar de muchas generaciones de historiadores y su obra demarcó un parteaguas en las formas y maneras de enseñar, investigar, difundir y considerar a la Historia y su historiografía. Por el lado teórico, nunca se cansó de extender invitaciones a la microhistoria, al estudio de lo regional a contrapelo de lo global, al aprecio por las minucias y no tanto por las monumentalidades, al respeto por lo anónimo, así como a perderle el respeto -respetuosamente- a los héroes oficiales, las estatuas intocables y los hechos inflamados o distorsionados por civismo y cursilerías. Por el lado práctico, publicó Pueblo en vilo, la historia universal de su pueblo natal para escándalo de intelectuales encorsetados y prez de todos los hombres de bien. Además, recorrió cada etapa y generación de la Historia de México, con el don de su erudición sin pretensiones, su sabiduría pedestre y su magnífica prosa. Por lo mismo, a la ronda larga de sus alumnos y discípulos se agrega una lista en millares de lectores agradecidos. Fue un historiador cuyos libros campean entre la mejor literatura mexicana del siglo 20, al lado de Rulfo, en tertulia con Arreola, de sobremesa con Ibargüengoitia o Agustín Yáñez, e incluso entre los laberintos, vislumbres y versos de Octavio Paz o Ramón López Velarde.

Don Luis González fue un...

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