La Gaceta del Charro / ¿Con qué derecho?

AutorGermán Dehesa

Gracias quiero dar al infinito laberinto de los efectos y las causas (éste es el oblicuo modo de nombrar a Dios que encontró Borgués, o Borges); en fin, gracias quiero dar a Dios por haberme concedido el riesgoso beneficio de conocer a tantos y a tan diversos seres. Son ya sesenta años enteramente dedicados a encontrarme con mis semejantes (parte del reto ha sido descubrir en qué son mis semejantes. A este respecto, el caso Padierna me tiene en crisis). Han sido años emocionantes, premonitorios y definitorios para México. Vivirlos ha sido un agasajo. Vivir los tiempos actuales es la puritita intensidad; estamos, no me lo negarán, agarrados de un cable de altísima tensión que, gracias al aguante que el PRI nos hizo generar, percibimos más o menos como esos toquecitos que venden en la Plaza Garibaldi. Así las cosas, no entiendo por qué a los que nos calumnian con el apodo de "intelectuales" nos ha dado por anunciar que ahora sí ha llegado el fin del mundo, que el país se desfonda y que el cielo se nos cae encima. Decir estas cosas me parece pérfido y falso. Desde que cayó Tenochtitlan están friegue y friegue con que ya se acabó la nación mexicana y, según me consta, aquí seguimos. Si me preguntan por qué seguimos, no lo podría explicar fácilmente; me conformo con ser usufructuario de nuestra duración y nuestro aguante. Ese agradecimiento del que hablaba al principio, tiene mucho que ver con esto: si leo a los grandes analistas, a los becarios de la catástrofe, a esto ya se lo cargó el pintor; pero voy a mi correo electrónico, o al radio, o a una charla, o a la vida y me encuentro con miles y miles de paisanos míos que, por lo visto han decidido vivir, sin pedirle a nuestros mandarines y sumos sacerdotes, derecho a la vida, a la alegría y al trabajo gustoso y generoso. Son mujeres y hombres, jóvenes y viejos, pobres, ricos y a medios chiles, católicos o shintoístas; todos ellos unidos por la indiscutible convicción de que ese nicho cultural que se llama México va a encontrar su camino y su rumbo. Ciertamente lo estamos buscando de un modo levemente desmadroso, ¡qué pena!, pero ese es nuestro modo; ciertamente nuestro actual liderazgo político (hablo de Fox y de AMLO) es como de los Hermanos Marx; pero vean a Bush, a Castro, a Hugo Chávez, a Putin y entenderán que, con todo y todo, nos fue bien; ciertamente...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR